Luis Salvador ha reprochado a Torres Hurtado que pretenda hacer otros dos botellódromos para captar los votos de aquellos que, probablemente, no le votarían ni borrachos.
Para mí los botellones dejaron de tener interés cuando me percaté de que todas las chicas a las que me acercaba me veían pinta de agente secreto. Uno se convence de que está en esa edad en la que necesita que algún político construya un botellódromo con tapa.
Los partidos han hecho a estas alturas todas las propuestas y ahora entramos en las 48 horas de destruir al contrario.
Quizás salga a la luz algún que otro dossier con el que alguno lleva tiempo pronosticando que temblarán los cimientos del contrario. Aunque siempre conviene conocer las cartas con las que juega el enemigo.
Yo hace tiempo que asumí que desde que existen los móviles con cámara cualquier día me pillarán en un descuido. Puestos a elegir que sea comiendo langostas.
Llega un momento en el que uno no es consciente ni de sus fotos ni de sus actos. A mí me pasa en las bodas; fundamentalmente en las ajenas.
Cambiando de tema. La mía fue en la Alhambra. En Santa María, no en el Palacio de Carlos V. Obviamente.
Quico, ¿como es que ni habeis hablado del buzoneo «ANÓNIMO» contra Luis Salvador y que es tan torpe que se hace con el otro lado del folio de la queja del PP sobre el ATRIO? ¿No crees que es bajar la campaña al nivel de matón de barrio?