El Psoe granadino vive un momento parecido al que en los ochenta se bautizó como la rebelión de los catetos. Podríamos llamarle Los catetos II, pero suena a Los albóndigas en remojo y otras sagas de culto.

Es más bien la rebelión de las juventudes: aquellos que llevan la mitad de su vida haciendo méritos dentro del partido pero que aún no han gozado de una oportunidad en la primera línea del poder.

Es también la generación de Susana, pero ocurre que, de momento, Susana solo se ha salvado a sí misma de su propia generación.

Noel López reúne dos condiciones a su favor. Ha sido el primero es postularse para presidir la Diputación y ha canalizado el descontento latente de un sector del partido con la dirección provincial. De otra manera no se entiende que la actual ejecutiva haya perdido la autoridad, paradójicamente, cuando ha cosechado sus mejores resultados electorales.

Pese a los intentos de la cúpula provincial socialista por buscar candidatos alternativos y la llamada reiterada de Teresa Jiménez a cerrar este debate, el grupo que respalda a Noel recaba cada vez más apoyos; los últimos, a cara descubierta.

Teresa volvió el lunes a pedir calma, mientras que la candidata de ‘Vamos, Granada’, casualmente a su lado, ha advertido que nunca apoyaran al alcalde de Maracena porque tiene pendiente un juicio; el mismo mensaje que el entorno de la dirección del partido está trasladando a Sevilla.

Cierto es que Noel López tiene ahí su punto débil. No es un caso de corrupción pero supone un lastre en los códigos actuales de la política.

El mismo, por otra parte, con el que concurrió a las municipales avalado por la dirección del partido. Esa que respalda también a otros alcaldes y miembros del gobierno andaluz imputados. Un juicio pendiente del que se defendió Noel en el mitin de campaña en Maracena con el aplauso de Teresa Jiménez y la propia Susana Díaz.

Esa que hoy vino a Granada y no hizo declaraciones.