Como periodista no pretendo caerle bien a todo el mundo. El mayor problema que tiene un columnista o un reportero es el de escribir cosas que dejen indiferente. Lo decía Pérez Reverte en un discurso reciente, que, llegado este momento, intenta ser todo lo subjetivo que pueda en sus ajustes de cuentas semanales.
Un profesor de la Facultad me explicó que había que tener una opinión formada sobre todas las cosas, porque pretender mantenerse al margen es tan absurdo como sostener que no interesa la política.
-“Tú, ¿qué prefieres? ¿Un insípido plato de sopa para todo el mundo o un jugoso trozo de carne para ti solo? ¿A que tienes una opinión? Pues bien, esta podría ser también la diferencia entre comunismo y capitalismo. ¿Ves como a todo el mundo le interesa la política?”.
El ejemplo resultó un tanto burdo pero aplastante en su simpleza.
Después leí a Taufic que si un periodista permanece impasible frente a los hechos, su lugar en un manicomio y no un diario; aunque a menudo ambas cosas vengan a ser lo mismo.
Y si fuera político -a peor no puedo ir- sería cualquier cosa menos un ‘bienqueda’.
Resulta paradójico que algunos de los que aseguran venir a transformar esta sociedad acaben absteniéndose en las votaciones más relevantes y comprometidas.
La abstinencia me resulta poco gratificante en muchos aspectos de la vida pero en política me parece una postura ventajista e interesada.
Ayer, el Parlamento andaluz tumbó -por un solo voto y el error de un diputado socialista- un decreto de la Junta que reconoce la antigüedad de 23.000 funcionarios interinos. El PSOE habla de una nueva pinza entre los populares y Podemos, que votaron en contra de la propuesta.
Según se mire. Ambos grupos se exponen a que su posicionamiento les desgaste o les eleve electoralmente; ya se verá. Pero, ¿por qué no achacar la frustración del decreto a las 14 abstenciones de Ciudadanos e IU?
Peor es la pinza de los ‘bienquedas’. Aquellos que se ponen de perfil en los debates difíciles para no molestar a nadie. Los que se abstienen de casi todo.
Menos de cobrar.