No voy a valorar el nuevo gobierno de la Junta porque aún no conozco a alguno de los consejeros que se marchan.
Cuando un presidente cambia su equipo es porque tiene problemas de gestión o de comunicación; sin descartar ambas cosas.
Es de suponer que Susana Díaz no ha mutado su gabinete porque estuviera descontenta con su trabajo. Sobre todo, porque tan sólo 24 horas antes había exhibido los logros de su Ejecutivo y sus retos inmediatos en el Parlamento.
Así que su problema será más bien de comunicación.
Y parece evidente. Sobre todo porque resulta poco oportuno que el mismo día en que el Tribunal Constitucional invalidaba la amnistía fiscal de Mariano Rajoy, de la crisis de gobierno que se hablara fuese de la de Susana Díaz.
Para encontrar una estrategia de impacto a la altura hay que remontarse al día en el que a un tipo se le ocurrió asar la manteca.
Susana Díaz tiene básicamente un problema de comunicación y radica en el concepto. Una estructura de la información centralizada.
Un ejemplo: de sus 13 consejeros cuatro son de Sevilla. Y eso no debería de ser ningún obstáculo si no fuera por que en la mentalidad del gobierno andaluz, a menudo, sólo se manejan planteamientos generales y no se atienden las particularidades de las provincias. De esta forma, la gestión de la Junta queda diseminada en titulares que no traspasan las puertas de San Telmo. Los consejeros de Huelva piensan en las noticias que tienen que colocar en Huelva; el del Málaga se preocupa de su proyección en Málaga… y los trece se ocupan del impacto de su gestión en los medios sevillanos.
Este martes se lanzó la propuesta estrella de sufragar el 99% la matrícula a los universitarios que aprueben todo el curso. Según los cálculos que hizo el gobierno andaluz desde Sevilla, beneficiará a 30.000 estudiantes. Preguntadas varias consejerías y Presidencia por la repercusión en la Universidad de Granada, aún no han devuelto ni la llamada.
O no han calculado el impacto de la ocurrencia, lo cual sería un problema de gestión. O no consideran relevante explicar la medida en la ocho provincias; que sería un error de comunicación.
Mientras no se percate de que tiene equivocado el punto de enfoque, dará igual que cambie los primeros planos. José Sánchez Maldonado, Luciano Alonso, Emilio de Llera, Aquilino Alonso, Adelaida de la Calle, Carmen Ortiz, María Jesús Serrano o Elena Víboras. Todos ellos han sido consejeros de Susana Díaz y han dejado de serlo en los menos de cuatro años que lleva de presidenta.
Lo dicho. No voy a valorar el nuevo gobierno de la Junta porque aún no conozco a alguno de los consejeros que se han ido.