El comentario me lo hacía la semana pasada un conocido dirigente socialista granadino: ¿Qué les pasa a los míos con esta provincia? En ocasiones sucede que se cambian las tornas y es el político quien pregunta al periodista, como aquella tarde en la que Chendo tiró un caño a Maradona.
Mi interlocutor había llegado a la misma conclusión que puede alcanzar cualquiera que observe a diario las fotos en el periódico: que los líderes regionales del socialismo andaluz pasan por Granada con la misma frecuencia que yo por un gimnasio. Hay excepciones, como las de los consejeros de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, e Igualdad, la granadina María José Sánchez.
¿Las movilizaciones sanitarias? ¿Que se han pensado que el Puerto de la Mora pilla de camino a Sevilla y temen quedarse atrapados por una nevada? El caso es que la presidenta de la Junta no se detiene en Granada en visita oficial desde hace medio año, en el mes de noviembre. Más reciente es el recuerdo de Pedro Sánchez, que estuvo el pasado 11 de enero y volverá el 14 de junio.
La pasada semana, la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Andalucía entregó en la capital granadina sus premios anuales. La organización había anunciado la presencia de la presidenta de la Junta, pero no vino. También iba a presidir en marzo en la capital la entrega de los Premios Clara Campoamor del PSOE-A pero el acto se suspendió tras aparecer en las horas previas el cuerpo del pequeño Gabriel.
“Es como si caminaran sobre brasas y pasaran de puntillas por Granada”, continúa mi contertulio.
No es una cuestión de apariencia, más bien de aparecer. Y sería aconsejable que lo hiciera antes de que empiecen las comparaciones y las críticas. Porque algunos no pueden atacar a Susana porque ellos tampoco han hecho acto de presencia. Por ejemplo, en el Centro Lorca.