El PP eligió los jardines del Triunfo para el mitin de Pablo Casado en Granada. Lo decidió Génova casi sobre la marcha y algo hubo que improvisar. Quizás lo hiciera porque, de entrada, el candidato se garantizaba una bandera de España más grande que las que se ven en los actos de Santiago Abascal. Aunque fuese en la rotonda. Y también quedaba cerca la cripta de Fray Leopoldo, que tampoco hay tanta diferencia entre pedir limosnas para los necesitados y votos para los menesterosos.
El mitin fue frío. Básicamente, porque hacía algo de biruji. Me presento ataviado con camisa y chaleco -granadino, que el chaleco sevillano tiene mangas-.
Siempre es bueno adaptarse al contexto por si es necesario pasar desapercibido y me he percatado de que los populares visten un chalequito azul con capucha. También me he dado cuenta de que el uniforme de campaña no lo ha elegido Sebastián Pérez.
Al llegar, Luis González me saluda, en apariencia, con efusividad. Tampoco tengo por qué sospechar, mientras no sea concejal del Ayuntamiento, que no se alegre de verme:
-Pareces un legionario
-Es que estuve la semana pasada en el mitin de Abascal -le digo para provocar.
Pablo Hispán, el número dos al Congreso, espera pacientemente. Aprovecho que no me conoce -yo a él tampoco lo habría identificado si no me lo advierten-, para fotografiarle cogiendo sitio en primera fila.
Entretanto, me reconoce una supuesta lectora:
-Quirino, a ver si escribes un buen reportaje -me llama y me doy por aludido.
Me parece que hoy perderé otra lectora.
Pablo Casado se retrasa, mientras en el tenderete habilitado para la prensa suena el hilo musical renovado. Me gustaba más la sintonía tradicional de los partidos. Ahora, se han puesto tan sibaritas que como estés un rato junto al altavoz te entra ganas de hacer spinning.
Uno de los chicos de la organización advierte justo a los que me rodean:
-Pablo Casado va a entrar por aquí. Cuidado al mover las banderas, que pinchan.
Toman tanta precaución para no dañar al candidato que, antes de que Casado llegue a la rotonda ya me he llevado varios pinchazos y he salvado de milagro el ojo. El derecho.
La alcaldesa de La Peza y candidata al Senado, Celia Santiago, hace de telonera. Se percibe que ella también esperaba que el mitin empezara puntual.
A los tres minutos solo le falta saludar a los países latinoamericanos. A los cuatro minutos, ya no le falta.
Con una hora de retraso, llegan Pablo Casado y Juanma Moreno. El presidente andaluz se ve forzado por Sebastián Pérez a desvelar que, por el camino, se ha detenido en un instituto público a aliviarse.
Solo puedo seguir el mitin por la línea de televisión interna. Eso me permite descubrir que, en segunda fila, está alguien que figuraba de suplente en la lista del Senado pero que después anunció que dejaba el PP. No es el único en circunstancias similares que merodea por allí.
Interviene Juanma. Coge el micro de tal manera que no pierdo la esperanza de que en algún momento entone ‘Labios de fresa sabor de amor’.
Y cierra Pablo Casado: “La reconquista empieza en Granada”.
Quizás el PP termine llorando como Boabdil. Quién sabe.
Me voy del mitin con la sensación de que el partido y sus seguidores no están eufóricos.
Pero tampoco derrotados.
Pues yo creo Chirino, que el PP en Granada se la va a pegar.
Mucha gente no traga al Sebas, y VOX le va a robar mucho voto