El 8 de mayo, Macarena Olona tuiteaba: “Amo Andalucía pero no voy a ser candidata a la Junta. (…) Algunos se empeñan en hablar de cotilleos de @vox_es para silenciar nuestro mensaje. No lo conseguirán. Devolved la palabra al pueblo”.
48 horas antes, Vox había relevado a Alejandro Hernández como portavoz en el Parlamento para sustituirlo por Manuel Gavira. Y, en marzo, el propio Alejandro había insinuado -de la forma en que se insinúan esas cosas- que Macarena sería una buena candidata de Vox en Andalucía.
Unan los puntos y tendrán el círculo.
Tengo la sensación de que a la dirección nacional de Vox no le gusta que le marquen ni el paso ni los tiempos. Como tampoco creo que le agrade en exceso la apariencia de entendimiento que su exportavoz tenía con el PP andaluz, ni que se alimentara la posibilidad de agotar la legislatura cuando, precisamente, Vox reclama la convocatoria de elecciones.
Cuando le pregunté por el rumor a Macarena en el primer momento me respondió: “No tiene ninguna base”.
Ella sigue en lo que estaba. Otros no.