Volvió -sin que nunca se fuera- María Jesús Montero “agradecida y emocionada” para que sus compañeros socialistas le gritaran “gracias por venir”. A todos los líderes políticos se les celebra y aplaude, como mínimo, dos veces: cuando llegan y cuando se van.
Los momentos más recientes de efusividad, reafirmación y fuerza en el socialismo andaluz han sido la elevación de María Jesús Montero y la intervención de Manuel Chaves en San Vicente el pasado verano tras anular el Constitucional la condena política de los ERE. De aquí se puede extraer el diagnóstico del estado en el que se encontraba -y por el que aún transita- un partido que se quedó grogui en diciembre de 2018.
Probablemente, la mejor intervención de Juan Espadas haya sido también la del 7 de enero, cuando dio un paso al lado -“que no un paso atrás”-.
Sucede a menudo que echarse a un lado te lleva a la irrelevancia. Mientras que retroceder te mantiene vivo.
Al margen de las alusiones explícitas a Susana Díaz -que nunca dio un paso al lado-, tomé nota de dos interesantes mensajes de Espadas. El primero, cuando recordó a quienes lo pusieron al frente del partido que lo sacaron entonces de la alcaldía de Sevilla; para convertir a un líder carismático -el alcalde- en un político anodino -el opositor a Juanma Moreno-. El segundo mensaje, cuando advirtió que el reto de las próximas elecciones no es ni siquiera empatar, sino ganar y gobernar. Para resultados que podría sacar cualquiera ya estaba él.
Y llega María Jesús Montero, a quien como mayor lastre recriminan que sea representación obediente del sanchismo. Sucede, que Pedro Sánchez logró mejor resultado en Andalucía en las generales que Juan Espadas y que muchos de los alcaldes socialistas.
La incógnita es saber si eso le bastará al PSOE-A para volver a gobernar en la Junta; porque aquí no hay una aritmética parlamentaria poliédrica que se preste a pactos a priori imposibles.
El PSOE no ganó las generales del 23J en Andalucía. Ya se verá si una vicepresidenta del Gobierno será suficiente como cartel electoral para los socialistas andaluces. Pero sí parece argumentado que es la mejor opción para los intereses electorales de Pedro Sánchez.
Deja una respuesta