El Ayuntamiento de Granada celebró el domingo un ‘no’ pleno.

La sesión ‘no’ resultó del todo inútil porque, al menos, sirvió para comprobar empíricamente que un periodista -yo, por ejemplo- puede estar despierto un domingo a una hora tan poco decorosa.

La oposición casi en bloque se había confabulado para evitar que el gobierno municipal subiera el IBI tras aplicar una revisión catastral que se solicitó en la etapa de Torres Hurtado. Pero el PSOE, que antes de llegar a la alcaldía acusaba a los populares de haber encarecido el recibo de la contribución urbana hasta un 109%, defiende ahora que ‘no’ hay más remedio que aplicar al menos esa actualización del 4% para taponar el ruinazo que el Ayuntamiento tiene encima.

Pero resultó que los partidos que pretendían votar ‘sí’ acabaron pensando que más bien ‘no’ cuando vieron que los informes técnicos les advertían de que podían meterse en problemas legales. Y, claro, una cosa es hacer política espectáculo y otra distinta que te inhabiliten para vivir de la política.

Y se creía que todo se quedaba resuelto pero iba a resultar que ‘no’. Porque alguien que ‘no’ pensaba trabajar el domingo parece que dejó enviado al Boletín de la Provincia el anuncio con la aprobación del expediente de las ordenanzas en el ‘no’ pleno del domingo. Y ayer se publicó el edicto con una resolución que ‘no’ había sucedido.

Así que el alcalde ha enviado hoy otro anuncio para precisar que el primero se entienda como ‘no’ publicado.

En vistas de que entre unos y otros ‘no’ han sabido tramitar en condiciones un expediente de los más habituales en cualquier Ayuntamiento, sólo es de esperar que, al menos, manifiesten públicamente -que aún ‘no’ lo han hecho- que ‘no’ cobrarán por asistir al ‘no’ pleno del domingo.