“Si me comprometiera con la ética no estaría trabajando en esta organización”. La frase se la podrían haber quitado de la boca a un abogado o a cualquier periodista, por ejemplo. Pero se la han robado con una grabación a la expresidenta de la empresa pública Invercaria, Laura Gómiz, que se dedicaba a repartir dinero que no era suyo.
Se soltó tanta pasta a diestro y siniestro que se le perdió el rastro. Y ahora no sabemos si es mejor ignorar dónde fueron a parar tantos millones o creer a ciegas en la ética de quienes nos administraron.
Aunque ya se sabe que para confiar en la ética de algunos hace falta tener mucha moral.
Hay muchas operaciones de Invercaria que se encuentran en entredicho y alguna linda con esta provincia. Tan solo me voy a remitir a lo que ha venido auditando la Cámara de Cuentas.
El 3 de noviembre de 2008, Invercaria concedió un préstamo de 410.000 euros a Operador Aéreo Andaluz, que recibió otro de 1.110.000 euros de CajaGranada. El operador cerró ese año con unas pérdidas de 1.034.465 euros, aunque gracias a los créditos la compañía evitó temporalmente la disolución. Finalmente, el 28 de junio de 2010 dejaron de operar todos sus vuelos.
Por lo que se ve, una inversión de fortuna poco afortunada.