Chitín -menos conocido como José Manuel García Nieto– fue un concejal de Tráfico que pensaba en los periodistas, en los conductores y en los peatones. Le sustituyó Telesfora Ruiz, que viene a ser como Chitín pero en orden inverso. Donde García Nieto concibió un tren bala como el de Japón, que recorrería el Centro de Granada suspendido en el aire como una alfombra mágica, Telesfora nos colocó un LAC alemán, mucho más aburrido y metódico.

Nunca hay un LAC a gusto de todos. Para que la mayoría de los granadinos aprobasen cualquier sistema de transporte público, tendría que contemplar, al menos, una parada en los Italianos, otra en la Virgen de las Angustias y otra en la puerta de su propia casa.

Eran de esperar las críticas de estos primeros cien días. Pero lo que aún no ha quedado claro es cuánto costará la nueva línea de autobuses.

El portavoz de IU, Paco Puentedura, calcula que el LAC supondrá tres millones de euros adicionales para las arcas públicas. Es un cálculo estimativo pero Puentedura no dice esta cifra por casualidad.

Aportaré otros argumentos que no se saben. Desde que se estrenó la LAC la oposición ha preguntado en reiteradas ocasiones por un supuesto documento que circula por la plaza del Carmen y que vaticina un déficit superior al previsto en la explotación del transporte urbano. Un cifra que, por lo que se cuenta, no distaría mucho de esos tres millones.

De su existencia se sabe lo mismo que de las facturas de los primeros cien días.