El 10 de febrero de 1997, Granada vivió un amanecer sangriento. A las siete y cuarto de la mañana, junto a la urbanización Jardín de la Reina, estallaba un coche bomba cargado con unos 50 kilos de amosal al paso de una furgoneta militar en la que viajaban cinco trabajadores. La explosión acabó con la vida de Domingo Puente, un peluquero de la base aérea de Armilla, y causó heridas a otras ocho personas. El atentado llevaba la firma de ETA. Era la segunda víctima mortal de los terroristas en Granada. Ocho años antes, en agosto de 1989, Conrada Muñoz, madre de un funcionario de prisiones, fallecía al abrir un paquete bomba enviado por ETA a su hijo.
El mes de febrero también se vistió de luto veinte años antes, en 1977. Entonces la ciudad despidió al inspector de policía Antonio López Salcedo que moría a la edad de 21 años asesinado en el metro de Hospitalet por un comando de los GRAPO que le asestó un tiro en la nuca.
[*]Estado en que quedó la furgoneta del ejército del Aire tras el atentado de ETA con coche bomba en el que murió Domingo Puente Marín. Juan Ortiz/Archivo IDEAL (10/02/1997)