Este diario estaba convencido de que la elegancia masculina navegaba a la deriva. El incipiente turismo acercaba hasta la ciudad a extranjeros con atuendos que se consideraban verdaderamente estrambóticos y de «una audacia sin precedentes», tal y como describía a estos modelos un artículo de IDEAL publicado en junio de 1950.
Uno de los aspectos que más preocupaban era el de la corbata «cada día más llamativas las hay de tres clases -continuaba el redactor- las que recuerdan una experiencia bacterológica al microscopio con hemoglobina, estafilococos y danza de bacilos luminosos. Las que reflejan asuntos emocionantes y sentimentales (generalmente pintados sobre la corbata): puestas de sol, góndolas venecinas, paisajes marinos, molinos de viento, etc.. y las corbatas ‘ligeras’ con dibujos de mujeres fosforescentes».
Para resumir estas nuevas tendencias, el periódico incluye una ilustración, un ejemplo de elegancia, buen gusto y distinción. Modelo ideal para las veladas del Festival.