Yaser Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, y Simón Peres, ministro de Asuntos Exteriores de Israel, dieron en Granada un nuevo impulso al proceso de pacificación en Oriente Medio en un encuentro auspiciado por Federico Mayor Zaragoza, director general de la Unesco, que los invitó a participar en un congreso de intelectuales con el título «La paz, el día después», que se celebró en la Alhambra del 8 al 10 de diciembre de 1993. Momentos antes habían recibido las llaves de oro de la ciudad de Granada de manos del alcalde, Jesús Quero. Cuando Arafat recibió la cajita de taracea con la llave dentro pidió que fuera «la que abra la puerta de la paz en Oriente Medio». Tras el acuerdo para la autonomía de Gaza y Jericó firmado entre el líder palestino y el primer ministro judío Isaac Rabin en septiembre de ese mismo año en Washington, con Clinton como testigo, el líder palestino y el israelí aseguraron en Granada que nada ni nadie les haría retroceder en el camino hacia la pacificación: «Tenemos que construir la paz. No podemos dejar pasar esta oportunidad».
Encuentro entre Simon Peres y Yaser Arafat
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