Así estaba la Acera del Casino tal día como estos de agosto de hace 25 años. En 1992 terminó una de las más ambiciosas obras de remodelación del centro de la ciudad. Tres cuartas partes del espacio público de Puerta Real se convirtieron en peatonal, se ensanchó la Acera del Casino y del Darro, se desplazó la Fuente de las Batallas al interior del área no abierta al tráfico y se construyó el parking subterráneo. Las obras, proyectadas bajo el gobierno de Antonio Jara, comenzaron en 1990 y las inauguró Jesús Quero, con Manuel Pezzi al mando de la delegación de Urbanismo, en septiembre de hace 25 años.
Si altas son las torres, el valor es alto. Venid por montañas, por mares y campos.
Entraré en Granada»
Rafael Alberti había prometido a García Lorca que vendría a Granada. Tras la muerte del amigo, la promesa quedó en el aire. El 25 de febrero de 1980, al pie de la Puerta de Elvira, el alcalde de la ciudad, Antonio Jara, recibía al ‘primo’ de Federico con una bandera blanca y verde. «Este es un momento para sentir, más que para razonar», dijo el primer edil. El gaditano, con la emoción de la promesa cumplida, recibió las llaves de la ciudad. Al cruzar el arco, Alberti inclinó la cabeza y de lo alto del muro se lanzaron banderitas verdiblancas. Luego subió a la Alhambra donde se sintió como un niño jugando en el país de las maravillas. «¡Qué cosa loca, qué maravilla!» decía mientras acariciaba, con un amor entrañable, los arabescos de la Alhambra. Más tarde fue aclamado junto a Santiago Carrillo en un mitin en la plaza Bib Rambla en el que pidió el ‘sí’ para el referéndum andaluz que se celebraría un par de días más tarde. El mitin del PCE comenzó con un beso en la mejilla a la niña, que en nombre de la ciudad, le entregó un ramo de claveles rojos. Y recordó, con voz grave y mirada al infinito, su amistad con García Lorca y recitó la ‘Balada del que nunca fue a Granada’ ante el silencio expectante de los más de diez mil asistentes.
Alberti volvería a Granada en varias ocasiones. En aquellas visitas se encontró con un grupo de jóvenes poetas, de la llamada Otra Sentimentalidad (Benjamín Prado, Luis García Montero, Álvaro Salvador, Joaquín Sabina, Javier Egea o Luis Muñoz) que leyeron poemas con Rafael en La Tertulia.
En junio de 1980 se le hermana con Pablo Neruda y en 1989 con Federico. Ofrece un recital en la Alhambra: «Nunca he sentido el eco de mi voz resonar más armoniosamente que junto al viejo romance de la pérdida de Alhama», decía en ‘La arboleda perdida’. Alberti fue doctor honoris causa por la UGR.