El bautizo de la pequeña María Jesús Eloísa se convirtió en todo un acto social en el barrio del Albaicín. La niña, abandonada por sus padres, fue acogida por un matrimonio que vivía en la Casa de la Lona y allí, rodeados de vecinos, la familia celebró su bautizo el 13 de mayo de 1944. Para agradecer el bonito gesto que el matrimonio Martín Añeres había realizado, el alcalde de Granada, Antonio Gallego Burín, y su esposa, apadrinaron a la pequeña en una ceremonia oficiada por el mismísimo arzobispo García Parrado y que se celebró en la iglesia de San José. Allí se dieron cita autoridades municipales y eclesiásticas, y un gran número de señoras y señoritas de la «buena sociedad» granadina a las que no era costumbre ver por el barrio. «Muchos de vosotros estáis aquí por las circunstancias especiales que han concurrido en este caso. Ello está bien y con vuestra presencia os solidarizáis con el matrimonio que tan hermoso gesto ha tenido de recoger a una niña desconocida como si fuera un don del cielo», dijo el arzobispo en su homilía mientras un grupo de jóvenes de Acción Católica interpretaba escogidos motetes.
Luego, en la Casa, se celebró la fiesta. Los 492 vecinos rivalizaron por engalanar el amplísimo patio con guirnaldas de flores, colchas, tapices y cobres y las muchachas se vistieron con trajes de gitana. La bailarina Lola Medina y un grupo de gitanas del Sacromonte interpretaron su repertorio y la banda municipal ofreció un concierto en San Miguel Bajo. Hubo globos y fantoches para los pequeños y la fiesta duró hasta la madrugada.

El alcalde de Granada, Antonio Gallego y Burín, posa junto a sus esposa con el bebé, sus padres adoptivos y los vecinos que acudieron a la fiesta. 13 de mayo de 1944 Torres Molina/Archivo de IDEAL