Durante los meses de verano estamos publicando en la edición impresa de IDEAL una serie de reportajes sobre los veranos de antaño. En uno de esos veranos, se publicó la fotografía que acompaña a este post. José García Tojo, un lector de este periódico, me ha escrito un e-mail en el que me da una información tan curiosa sobre el quiosco de la imagen, que me gustaría compartir con todos. Además, aprovecho para agradecer públicamente al sr. García Tojo su aportación. Jose recordaba que estaba situado justo sobre el aljibe de la Alhambra y que servía gratis agua a todo el que lo solicitaba. Los vasos de cristal muy gruesos, que se aprecian en la foto, evitaban roturas indeseadas.
A voluntad y por pocas pesetas, se podían adquirir azucarillos y aguardiente, que se aprecian tambien en el lado derecho de la foto y que mezclados con el agua se convertia en un refresco muy apreciado.
En el interior del Kiosco pentagonal, se encontraba el pozo que comunicaba con el aljibe y del que se extraía el agua fresca con ayuda de una polea y cubos amplios de madera. El agua extraída se vertía en un deposito de piedra con grifos de los que manaba el agua directamente a los vasos.
Al ser un servicio gratuito, el kiosco gozaba de gran aprecio.