Etiqueta: rodajes

Mariana Pineda ‘vuelve’ a Granada

Cuentan las crónicas que el 26 de mayo de 1831, el día que ejecutaron a Mariana Pineda, diluviaba. El jueves, 16 de marzo de 1984, los encargados de rodar la película sobre la heroína granadina habían requerido los servicios de un camión de bomberos para que hiciera un simulacro de la lluvia. No hizo falta, porque en el cruel momento del rodaje de la ejecución empezó a llover. Poco antes de que Rafael Moreno Alba, el director de la serie, ordenara «acción», una desgarrada Pepa Flores, que puso piel y rostro a Mariana, abrigada con un visón mientras esperaba el inicio de la escena, se concentraba en su papel sentada en el garrote mientras el maquillador avejentaba y demacraba su rostro como lo tendría Mariana cuando murió con veintisiete años y una belleza esplendorosa madurada por el sufrimiento.

Pepa Flores se prepara para la escena de la ejecución de Mariana. Torres Molina/Archivo de IDEAL
Pepa Flores se prepara para la escena de la ejecución de Mariana. Juan Ortiz/Archivo de IDEAL

La escena de la ejecución se rodó en tres horas y fue necesaria la colaboración de una extra de Pepa Flores mientras se hacían las oportunas pruebas ante el garrote.

Rodaje de Mariana

 

La miniserie, de cinco capítulos, se estrenó en Televisión Española el 13 de noviembre de ese año. Se emitía los martes, a las 9.30 horas, después de «El hombre y la tierra».

mariana_2
Espectación durante el rodaje en los Jardines del Triunfo. Juan Ortiz/Ideal

La Luz Prodigiosa

Julio de 2002. Alfredo Landa camina junto a Nino Manfredi por las calles de Granada acompañados por un equipo de rodaje al frente del cual está el granadino director Miguel Hermoso. La claqueta chiva el nombre de la película en la que trabajaban, ‘La luz prodigiosa’.

El personaje que interpreta Landa, Joaquín, encuentra al anciano al que muchos años antes, durante la Guerra Civil, había ayudado a escapar de sus verdugos que creían haberlo fusilado y que malvive por las calles de la ciudad pidiendo limosna. Joaquín se empeña en devolverle su pasado, que desemboca en la verosímil posibilidad de que se trate del poeta Federico García Lorca, que no murió asesinado en esa aciaga noche de agosto del 36.

RODAJE "LA LUZ PRODIGIOSA" .GRANADA

La bella fábula basada en la novela homónima de Fernando Marías, trajo a Granada al actor navarro que aseguró que el personaje de Joaquín era uno de los tres más importantes de toda su carrera. También fue su último gran papel. Después de la experiencia granadina haría dos películas más, ambas con José Luis Garci, ‘Tiovivo C. 1950’ y ‘Luz de Domingo’.

La película se estrenó en el Teatro Isabel la Católica de Granada el 27 de enero de 2003. A su estreno acudieron su director, la actriz Kiti Manver y el mismo Landa.

 

El Generalife en Londres

Una expedición granadina capitaneada por Francisco Prieto Moreno, director general de Arquitectura, marchó aquel mes de mayo de 1952 a la capital del Reino Unido para participar en un certamen internacional de jardinería. Su propuesta fue la recreación del Patio de la Acequia del Generalife que se reprodujo, pieza a pieza. Pero, para que toda España estuviera representada, se añadieron unos coloridos geranios, claveles reventones, limoneros y rosas catalanas. Los creadores del jardín fueron Juan de Dios Alarcón, maestro de obras de la Alhambra, José Jiménez Barrera, delineante y el jardinero Francisco Rubio Gamarra. El vergel, que fue visitado por la reina Isabel junto a su esposo, el duque de Edimburgo y la reina madre, ganó la Medalla de Oro del concurso.
Mientras, la Alhambra se convertía en un plató de cine para el rodaje de la película «Tres historias de amor», protagonizada por Joan Fontaine, y Louis Jourdan y dirigida por Hugo Fregonese. Cuenta IDEAL que casi todos los vendedores ambulantes de tabaco de la zona fueron contratados como extras en la película por cincuenta pesetas la sesión y deambulaban vestidos de moros en el zoco árabe recreado en los alrededores de la Puerta de la Justicia.


En la ciudad, entre premio y premio de la Tómbola de la Caridad, la Bomba se había convertido en un velódromo. Días antes del montaje del ferial, a las vallas de madera que rodeaban el Paseo les habían añadido unas mamparas de cañizo para que nadie viera de balde las carreras organizadas por la Unión Velocipédica Granadina, que incluían una prueba de persecución a la australiana entre dos equipos y una carrera «a la milanesa» en la que se eliminaba al último corredor en llegar a la meta. Los ingresos que se consiguieron se destinaron a la organización del Gran Premio de Andalucía.