Hace 50 años…

Un forastero enjuto, de barba blanca y nariz aguileña, con capa de paño y sombrero negro, provisto de un chuzo y un candil, paseaba orgulloso por la ciudad camino del Ayuntamiento. Era Crescenciano Narillos, el ‘Tío Colorao’, pregonero abulense de ochenta y dos años y sereno de honor en los actos que ‘La Voz de Granada’, gracias al empeño de su subdirector Rafael Gómez Montero, y el Ayuntamiento, habían organizado para homenajear a los pregoneros de España. Sería el encargado de dar la hora en el escenario del Teatro Isabel la Católica de la manera tradicional; «Ave María Purísima… Las doce y sereno…», pero una indisposición en mitad del acto inaugural del congreso lo mandó unos días al Sanatorio 18 de Julio afectado por un resfriado. No obstante, la ceremonia continuó tal y como estaba prevista. A mediados de diciembre de 1961, unos treinta pregoneros llegaron a la ciudad desde todos los rincones de España. Desfilaron por Granada, desde el anteriormente mencionado ‘Tío Colorao’, a la anciana pregonera del Barranco, seguidos por un cámara del No-Do, que no perdió ni un detalle de la actuación de la Ronda del Cántaro de Piedralaves en el Mirador de San Nicolás, ni la visita al Generalife y la Alhambra, ni a la Virgen de las Angustias. Por la noche el escenario del Isabel la Católica, decorado por Antonio Moscoso y Manuel Maldonado, recibió los acordes de los rústicos instrumentos de las agrupaciones musicales y los cantares del cobro de contribuciones, de la obligación de la limpieza de calles, de los artículos de venta para la matanza, el anuncio de las próximas fiestas… «la vida real de España llevada al salón lujoso de un teatro». El momento más aplaudido de la noche fue cuando el pregonero de Móstoles recitó el bando que, en 1808, proclamó el estado de guerra contra el Ejército francés. Después actuaron María la Canastera, Charito Romero, Vicente el Granaíno y Pepe Albaicín. García Sanchiz fue nombrado pregonero mayor de España y Agustín Lara, honorario de Granada.