Etiqueta: visitas a Granada

El paseo granadino de los reyes de Dinamarca

Una fina lluvia que caía sobre el aeropuerto de Granada despidió a la Reina Margarita y a su esposo Enrique de Dinamarca. Emprendieron el viaje de regreso a su país en el avión de la Casa Real danesa una vez terminada la visita privada de veinticuatro horas a nuestra ciudad.

Llegaron a Granada el 25 de octubre de 1983, la última parada de un viaje por varias ciudades españolas y aquí, en Granada, acompañados por Margarita de Borbón y su esposo el doctor Zurita, disfrutaron de una visita a la Alhambra. Allí la reina tuvo un recuerdo afectuoso para Huéscar, localidad que hacía poco (el 11 de noviembre de 1981) «firmó la paz» con su país. Los reyes se interesaron por las historias y leyendas que rodeaban los palacios y, cuenta la crónica, que el recorrido fue tan exhaustivo que comenzó a las cinco de la tarde y, cuando terminaron, era prácticamente de noche: «Visitar esta famosa y bella ciudad siempre ha sido mi gran deseo. Eran grandes mis esperanzas referentes a Granada y, sin embargo, han sido superadas porque ¿a quién puede decepcionar Granada? En este hermoso lugar todo respira  historia mundial» dijo la reina durante el discurso que pronunció al terminar la cena que le ofreció el alcalde Antonio Jara.

Al día siguiente, hicieron un detenido recorrido por la Catedral y la Capilla Real. La frágil y fina figura de la estatuilla de La Inmaculada de Alonso Cano, que se exhibe en la sacristía de la Catedral, atrajo la atención de los soberanos daneses, así como la tumba de los Reyes Católicos en cuya cripta depositaron unos ramos de flores.

Después se dirigieron a la Alcaicería donde compraron algunos recuerdos, como un estuche de taracea y unos juegos de dados. El concejal encargado de protocolo, José Miguel Castillo Higueras, acudió a despedir a los monarcas «una visita interesante y agradable», dijo el concejal.

Los reyes de Jordania visitan Granada

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El 13 de junio de 1955 los reyes de Jordania, Hussein I y su esposa, acompañados por un séquito de catorce personas,  visitaron Granada. Les recibió el alcalde Manuel Sola, cicerone en su paseo por la Alhambra. El joven rey, que apenas había cumplido los veinte años, tan solo conoció la Alhambra y el Generalife. La reina Dina (la primera esposa del monarca que se casaría cuatro veces),  también quiso visitar la Capilla Real. (más…)

Suharto visita Granada

El presidente de Indonesia, Suharto, se despidió de España, donde había pasado varios días en una visita oficial, con una breve estancia de apenas un día en Granada. Fue el 9 de octubre de 1982. El presidente, que permaneció en el poder de su país desde 1967 hasta 1998, llegó al aeropuerto granadino en un DC-10 ocupado por las 125 personas que componían su séquito. Les acompañaban varias autoridades españolas entre quienes se encontraba la ministra de Cultura Soledad Becerril. Suharto llegó, almorzó en el Parador de San Francisco invitado por el Gobierno Civil (una comida cocinada con aceite de maíz, a la costumbre indonesia), fue agasajado con un ánfora alpujarreña con decoración en plata y una mantilla española, regalo para su esposa que le acompañaba en el viaje , visitó la Alhambra al atardecer y volvió al hotel para la cena. Andrés Cárdenas fue el encargado de cubrir para IDEAL la breve estancia del presidente en la capital así que no se le escaparon algunas curiosidades, como que dos traductores cubrían al gobernante (uno para interpretar del indonesio al inglés y otro del inglés al castellano) y que, durante la cena, el hotel le regaló una espada, una metedura de pata, ya que en Indonesia parece que trae mala suerte regalar cualquier objeto punzante, así  que hubo que avisar a Suharto del regalo para que ‘rompiera el maleficio’ ofreciendo una moneda a la persona que le entregó el obsequio. Siguiendo con la superstición de esta manera se trataría de una compra, no de un regalo.

[*] en la foto, junto al delegado de Cultura, Vicente González Barberán, en su visita a la Alhambra

La visita de Evita Perón a Granada

La esposa del presidente de la República Argentina Juan Domingo Perón llegó a Granada el domingo 15 de junio de 1947, en una de las paradas de un viaje oficial por España que la llevó a Madrid, Toledo y continuó en Sevilla y Huelva. Evita pasó 24 horas en nuestra ciudad, en las que cumplió con una apretada agenda: a las siete de la tarde, su avión aterrizó en el aeródromo de Armilla, donde fue recibida por las autoridades civiles y militares como si de un jefe de estado se tratase. Faltó el alcalde Gallego Burín, que estaba enfermo, y fue sustituido por Méndez Rodríguez-Acosta. Los vecinos no se quedaron atrás y, según las crónicas de IDEAL, engalanaron los balcones y se echaron a la calle para aclamar, entre vítores y aplausos, a la «emperatriz de Argentina». Además el delegado provincial de Trabajo,Torres Cruz, había declarado ese lunes ‘día festivo no recuperable’, así que gracias a la Perón, los granadinos tuvieron puente.

Evita visitó la basílica de las Angustias y recorrió en coche de caballos la distancia hasta la Catedral, a la que entró bajo un palio. Fue a la fábrica de pólvora de El Fargue y descansó en el Alhambra Palace, cuyas habitaciones se habían decorado con obras de arte típicas granadinas cedidas por instituciones y familias de la ciudad. Cenó en el salón de plenos del Ayuntamiento, convertido en comedor de gala, y desde el balcón saludó con un espectacular abrigo de visón. La argentina respondió al calor popular entregando «disimuladamente» donativos de billetes de cien pesetas a «quienes veía con peor aspecto». Por cierto, la hija de un repartidor de nuestro periódico fue una de las afortunadas. A las siete de la tarde del día siguiente, la ciudad volvió a la tranquilidad.

Visita relámpago del Sha de Persia a Granada

El Sha de Persia Mohamed Reza Pahlevi y la emperatriz Soraya visitaron la ciudad el 29 de mayo de 1957. En su corta estancia, que apenas duró un par de horas, conocieron la Alhambra, la Capilla Real y la Catedral, almorzaron en el Gobierno Civil y se marcharon a Palma de Mallorca. A pesar de lo breve de la visita, de carácter privado, IDEAL contó con todo detalles el paseo de los monarcas de Irán desde que, a las once menos siete minutos de la mañana, apareciera entre las nubes de Armilla el avión que traía a los soberanos. El catedrático de Historia Alfonso Gámir guió al Sha, mientras que Antonio Marín Ocete, presidente del Patronato de la Alhambra, acompañó a la emperatriz. «No aparecía tan preocupada como por todo el mundo se le describe», decía el redactor. Pero lo estaba. Al año siguiente, tras siete de matrimonio, fue repudiada por no poderle dar un heredero a la dinastía de los Pahlavi.

El rey don Juan Carlos y la Tortilla del Sacromonte

Probó el típico plato en el restaurante Los Manueles

En enero de 1982, Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados por las infantas Elena y Cristina (el príncipe se quedó en Madrid estudiando para recuperar unas asignaturas), pasaron unos días en Sierra Nevada. El último día de sus vacaciones el mal tiempo obligó a cerrar la estación y la familia bajó a Granada para comer en Los Manueles. Aparcaron el todoterreno que conducía Don Juan Carlos en la Plaza del Carmen y, como unos turistas más, caminaron hasta el restaurante que les había preparado una salita privada para un almuerzo tranquilo. Eligieron unos aperitivos de jamón, consomé con huevo, habas, ensaladas y tortilla del Sacromonte. Ángel de la Plata, propietario del bar, advirtió al Rey: «Majestad: le voy a servir una tortilla del Sacromonte como dicen que se tiene que hacer y otra como la hacemos aquí». La tradicional incluía entre sus ingredientes sesos y criadillas. Había incluso quien le añadía el tuétano del hueso y riñones. Al Rey no le gustó mucho esta especialidad, pero la anécdota fue muy comentada en Granada y la tortilla del Sacromonte se puso de moda durante unos días. Gómez Montero dedicó su sección ‘Andar por Casa’ a los mejores bares de Granada donde degustar la auténtica tortilla del Sacromonte: El Cunini, Los Mariscos, Los Leones… Recopiló opiniones y recetas. Siempre ha sido un plato fuerte, pero al eliminarse algunos ingredientes para hacerla más ligera se convirtió en lo que en muchos sitios se conoce como la ‘tortilla paisana’. Gómez Montero recordaba en su columna que el cocinero que mejor las hacía era ‘El Titos’, que las guisaba en la Abadía del Sacromonte para el Cabildo y el Ayuntamiento durante la festividad de San Cecilio, y que daba clases en la Escuela de Hostelería sobre cocina tradicional granadina. También recordó al mejor ‘catador’, el periodista Narciso de la Fuente.
Los Reyes se marcharon de la ciudad tras tomar el café con agentes de la Policía municipal en el Ayuntamiento.