Personalmente no me gustan las ideas que excluyen. Prefiero los proyectos que aglutinan y fortalecen iniciativas que beneficien a todos. Desde el principio el eje estratégico Málaga-Sevilla, al que después se sumó Córdoba y ahora lo hace Granada, sigue siendo en mi opinión un proyecto insolidario porque deja atrás a otras provincias andaluzas que por ser menos guapas, altas y de ojos azules ser quedan tiradas en la fiesta. Los promotores recalcan una y otra vez que es una idea abierta a la que se pueden sumar otros, pero si todas las provincias hacen la guerra por su cuenta, la política y la gestión del Ejecutivo andaluz se reducen, al menos en estos ámbitos, a la de palmeros complacientes.
Si tenemos una marca potente como Andalucía, entiendo que el camino correcto es que su paraguas proyecte fuera y dentro del país la fortaleza del turismo andaluz en su conjunto, con la singularidad de todas y cada una de las provincias. Comete un error grave la Administración andaluza al dejar que este lobby engorde cada vez más porque traiciona políticas de equilibrio. O sobra el eje o sobra la Junta. Otra cosa es que cada provincia apuntale sus esfuerzos en sectores en los que tiene mayor potencial, sea el turismo o las nuevas tecnologías, la agricultura o el arte, y aproveche todas las oportunidades que tenga a su alcance para generar recursos y captar futuro. Quizás esté equivocado y de lo que se trate es cada uno se salve o se apañe como pueda y para ello se busque los mejores aliados. Si se trata de eso entonces el eje es el camino.
Málaga promociona Sierra Nevada como si fuera malagueña, sube a los guiris a un autocar con una foto del Mulhacén en el costado e incluso parece ser que le llama «Sierra de Málaga». ¿Esas también son actividades del eje Málaga-Granada?