A diferencia del congreso del PSOE, en el del PP se trabaja menos y se bebe más. Evidentemente, hablo por mí.
Y antes de que María Francés se lo cuente a los pocos que aún no lo sepan, hago público que ayer me acosté a las cinco de la mañana. Pero fue en una búsqueda infatigable de la noticia.
Dicen los populares que manejan 14 encuestas que le dan la mayoría absoluta del 25 de marzo. Lo que no se sabe es si en las catorce le han preguntado a los mismos.
Lo que sí es cierto es que, con tanto buen rollo, resulta complicado sacar un chisme. Además, soy de esos periodistas a los que si les ponen un catering en la sala de prensa se vuelven pelotas. Y en este congreso no seré yo el que presente una enmienda al bocadillo de jamón.
Nos movemos en una balsa de aceite.
Hasta a Antonio Granados, al que le suelto el capote para me cuente algo sobre Pina y el robo de la caja fuerte, me esquiva con diplomacia: “Desde hace tres meses, la noticia del Ayuntamiento y el Granada CF es que no hay noticia”.
Pablo García me cuenta que está promoviendo desde el Congreso una conmemoración histórica/militar en la provincia que, si sale, va a ser muy sonada.
(Para llegar a esto ya había tenido que sacrificarme con un par de güisquis).
Cuando uno empieza la noche con la frase ‘yo me voy a ir pronto’ está muerto. Sin darte cuenta pasas de asegurar que la copa que tienes en la mano será la última, a promover un sitio para tomar la penúltima. Y yo soy de los que cambian fácilmente de opinión.
Así que acabé la noche con parte de la delegación granadina y Cayetano de Alba, al que le aseguré que no soy de esos periodistas crápulas que van por ahí ir contando que se han encontrado a los famosos de juerga.
Yo soy un tipo serio, hombre.
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