A veces me coloco en el sitio adecuado casi por casualidad. Y ahí estoy, el día en que Juan Manuel Moreno visitó la redacción de IDEAL, perdido en un discreto segundo plano; lo suficientemente cerca como para poder reivindicar que lo conozco de toda la vida; preventivamente lejos por si llegado el caso no rascase bola.
La candidatura del secretario de Estado ha pillado por sorpresa a los que siempre han sido de José Luis Sanz y ahora tienen que ser de los de Juan Manuel Moreno de toda la vida.
Quizás creyeran al malagueño cuando dijo que no pasaba por su cabeza coger el timón del PP andaluz; o tal vez pensaran que Javier Arenas decía la verdad aquella noche de la victoria amarga, cuando proclamó desde el balcón de San Fernando: “Hasta aquí hemos llegado”.
José Luis Sanz ya ha comprobado en sus propias carnes aquella frase de Churchill, que la política es más peligrosa que la guerra porque en la batalla solo te pueden ajusticiar una vez. Y al alcalde de Tomares lo han matado tantas veces desde el mes de noviembre que ahora no encuentran la forma de mantenerlo con vida.
Juan Manuel Moreno llamó el martes a los presidentes provinciales y la mayoría -no todos- corrieron a darle su apoyo en público.
Pronto surgieron las interpretaciones. Otra vez Javier Arenas, con la ayuda de Soraya Saenz de Santamaría, se había impuesto sobre María Dolores de Cospedal.
Pero no contaban con una cosa. Que tal vez José Luis Sanz, cansado de que lo maten varias veces, quizás esté decidido a morir del todo.
Al final, el alcalde de Tomarés se ha retirado y Juan Manuel Moreno ha logrado más de 9.000 avales en 24 horas; una media de 6,25 apoyos por minuto. Lo que hace el ‘consenso’.
No sabemos si uno de los dos candidatos es la tapadera para validar al contrario. O si de verdad debemos creernos que el PP andaluz se conduce a un congreso abierto; que es la única forma de escapar de esta dinámica perversa en la que anda inmerso.
Movido al ritmo de una de Cospedal y otra de Arenas.
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