Centro Federico García Lorca

Dado que han pasado diez años desde que se convocó el Concurso Internacional de Ideas para la construcción del Centro Federico García Lorca, y que aún como todos sabemos sigue sin terminar, creo oportuno por su vigencia recordar las palabras de Laura García-Lorca en relación al futuro centro:

» Desde el principio fue propósito de la Fundación tener su sede en Granada, siempre que se dieran las circunstancias adecuadas a la dimensión y exigencia de una tarea que ocupa un lugar difícil de delimitar, un lugar que trasciende el lugar. […] De este modo el Centro Federico García Lorca, con su nuevo carácter interinstitucional, nace con la intención de responder a un deber y a un deseo; al deber de poner a disposición de todos un legado extraordinario, y al deseo de vincularlo a la experiencia de libertad que siempre estuvo en la raíz de todas las convicciones y gestos del poeta, quien supo elegir siempre el hilo que ataba la tradición y la modernidad en cada coyuntura poética y artística«.

Laura García-Lorca

Secretaria de la Fundación Federico García Lorca

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(foto: Diario Público)

En noviembre de 2004 se produjo el fallo del concurso, siendo Rafael Moneo presidente del jurado y yo mismo como Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Granada, junto a Alberto Campo Baeza, Francesco Dal Co, Juan Calatrava, el recién fallecido Manuel Fernández-Montesinos, sobrino y Presidente hasta su fallecimiento de la Fundación en Memoria del Poeta,  Laura García-Lorca y representantes de todas las administraciones. Como reflexión ante el inoportuno retraso como tantas otras obras de nuestra provincia y dada la importancia de este centro para nuestra Cultura, creo de interés reproducir el artículo publicado en 2005 en el libro-catálogo en el que se recogían todas las propuestas presentadas al concurso:

Arquitectura y Poesía en busca de una idea

Granada, Diciembre 2004

» Cuando en los primeros meses del año 2003 la prensa local se hacía eco del preacuerdo al que habían llegado todas las administraciones que conforman la Fundación García Lorca para que ésta trasladara su sede a Granada, y más concretamente al edificio del Banco de España, recuerdo que experimenté una gran satisfacción fundamentada en los numerosos argumentos que justifican este trasado y en las perspectivas que para nuestra ciudad se abrían con la puesta en marcha del acuerdo.

Por fin Granada daba el paso definitivo para reconciliarse con la historia; por fin Federico volvía a su casa; por fin dispondríamos de un Centro Cultural de primer orden con un Patrimonio, asimismo, de primer orden.

En esos momentos, la satisfacción de la noticia, confieso que dejó en segundo plano el análisis acerca de la oportunidad del edificio elegido. Sin embargo, no fue necesario dedicar mucho tiempo a la reflexión para concluir que esta alternativa no era la mejor, ni desde el punto de vista conceptual con relación al pensamiento lorquiano, ni desde la arquitectura del propio edificio, absolutamente válida para otras opciones, pero quizás no para revivir en Granada setenta años después al García Lorca vanguardista e integrador que nos sedujo a través de su obra y de su propia actitud personal.

La apuesta por la que finalmente ha optado la Fundación, reúne todos los ingredientes para concluir en un producto atractivo que se convierta en referente de la ciudad, no sólo en lo cultural sino también en lo arquitectónico, toda vez que Granada necesita aportar a su legado patrimonial edificios representativos de la arquitectura de nuestro tiempo de la que, desgraciadamente, no está sobrada en la actualidad. La figura del poeta granadino así lo requiere como quedó demostrado en la alta participación de equipos de todo el mundo (173) que se presentaron al concurso de ideas.

Precisamente la decisión de optar por un concurso como fórmula para seleccionar el proyecto del edificio, así como la de ubicarlo en pleno Centro Histórico, frente a la Catedral, constituyen, bajo mi punto de vista, aciertos que deben garantizar los objetivos perseguidos presentes en las propias bases del concurso.

La Sede que albergue el legado de García Lorca, deberá ser especial por muchos aspectos. Su realización constituye una forma de mirar al pasado con ojos nuevos. La propia estética en la que se mueve Federico -la metáfora y la imagen- ha sido utilizada por muchos arquitectos en sus propuestas como puede comprobarse en este catálogo. No en balde, arquitectura y poesía caminan con lenguajes similares produciendo, en innumerables ocasiones, sensaciones similares. En ese sentido, Alberto Campo Baeza, arquitecto autor de la Nueva Sede de Caja Granada y miembro del Jurado, ya se apoyó en la figura de Federico García Lorca para precisar los múltiples matices formales, lumínicos o constructivos logrados en su edificio. Tras su estancia en Nueva York, al igual que el poeta, uno de sus mayores orgullos no disimulados es el de poder referirse a la nívea blancura o a la luz herida por el hielo para definir la luz diagonal capturada en el interior de ese mágico cubo de alabastro.

El Colegio de Arquitectos se sintió desde el primer momento identificado con este ambicioso proyecto que emprendía la Fundación, y desde estas páginas se le reiteró todo el apoyo Institucional que la iniciativa merecía para que el Centro  que alberga su Sede en el corazón de Granada alcance el reconocimiento internacional que la vida y obra de Federico merecen.

Ángel Luis Gijón Díaz

Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Granada

Catálogo

Por último, y teniendo presente la importancia del emplazamiento, terminamos con un extracto de parte de lo que escribió Rafael Moneo para el citado Catálogo:

«La sede de la Fundación no tiene por qué pretender que se la entienda como la reencarnación del poeta: a la arquitectura, para bien o para mal, siempre se le ha negado este tipo de representación animista. Y, sin embargo, lo confesaré abiertamente, me gustaría que la nueva sede estuviera próxima, no fuese ajena a Federico García Lorca. Afortunadamente hay algo que garantiza esta proximidad. El nuevo Centro se levantará en la Plaza de la Romanilla, a la sombra de la Catedral de Granada, junto al Mercado, no lejos de la Bibarrambla. Los olores, las voces, los rumores… puede que no sean muy distintos de aquéllos con los que disfrutaba el poeta en su Granada.»

Rafael Moneo

3 de diciembre de 2004

Rafael Moneo, arquitecto Premio Pritzker, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2012 y Miembro de Honor de la Academia Estadounidense de Artes y Letras, ahora inexplicablemente, muy cuestionado en Granada por su proyecto para la Estación del AVE que al igual que el Centro García Lorca no sabemos cuándo abrirá sus puertas.

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