No se me asusten unos y alegren otros, pero hay cambios en los ámbitos políticos andaluces. Y si no que se lo digan a Luis García Garrido, nuevo delegado del Gobierno en Andalucía, y a su antecesor Juan José López Garzón, que el viernes fue cesado por el consejo de ministros, por lo que ya ha pedido su reingreso a la Universidad como catedrático de Matemáticas, procedencia y formación que llama la atención en un político.
También resulta curiosa la trayectoria de García Garrido, un gaditano que ha sido hasta ahora senador, pero dos veces miembro de la Cámara Alta en esta misma legislatura. Y en dos ocasiones ha formado parte del Gobierno de la Junta, una como viceconsejero y otra como consejero, en ambos casos de Obras Públicas.
Ahora ocupará García Garrido un cargo fundamentalmente institucional, en representación del ejecutivo central, en el que sobresale el mando político de las Fuerzas de Seguridad, aunque Policía y Guardia Civil tienen sus propias líneas jerárquicas dentro del Ministerio de Interior, y poco más. Sus cambios de puestos no pueden denotar otra característica que su disponibilidad y eficacia porque, por mucho que se critique de manera despectiva la permanencia en la política, no es fácil sobrevivir en ella. Otra cosa es que entre los adversarios se utilice como arma arrojadiza, tanto si está en el poder como en la oposición, como se le acusa injustamente a Javier Arenas en Andalucía.
También aquí tenemos el caso de Gaspar Zarrías, quien lo ha sido prácticamente todo en política y en su partido en esta comunidad autónoma, de la mano de Manuel Chaves, a quien llegó a sustituir interinamente en la presidencia de la Junta. Ahora, sigue junto al vicepresidente tercero en Madrid como secretario de Estado de Cooperación Territorial y número cuatro en la estructura del PSOE. El pasado viernes circuló que sería el sustituto de Celestino Corbacho como ministro de Trabajo, aunque se produjo un raro desmentido desde Moncloa. En política todo es posible, incluso que pase a ser el número tres en la calle Ferraz, junto a su buen amigo José Blanco. A ambos les une una gran amistad y comparten tiempos de vacaciones y ocio fuera de la política, que son pocos, porque los dos no se quitan ni un instante la camiseta de su partido ni del pusto que ocupan. Es cuestión de tiempo y de que se produzcan carambolas, muy habituales a la hora de nombrar o repartir cargos.
Sr. Director:
Comparto el contenido de sus comentarios al completo. Sin embargo a mi me preocupa más la situación en la que está ahora mismo Granada. Soy un turista que ha vivido (como estudiante), muchísimo su querida y hermosa ciudad. Sin embargo, mi esposa (también antigua estudiante) y yo no volveremos a GRANADA, mientras NO se nos olvide, lo que nos ha ocurrido durante el año 2010. Ahora que contamos con algo de dinero y que podemos acudir a Granada como turistas, invirtiendo en los comercios, hoteles y restauranes de la ciudad, el Ayuntamiento nos «castiga» con un multazo por haber transitado con el vehículo, por calle Recogidas. Evidentemente eso ocurrió porque teníamos que acceder al hotel al que nos dirigíamos y en el que dejamos nuestro coche (en su parking, claro). Tengo la factura que lo acredita (Hotel Villa Oniria). Lo que le cuento aconteció sobre el mes de Abril y la 1ª multa nos llegó sobre el verano, tras lo cual, y pensando que era una broma de muy mal gusto, me puse en contacto con el Ayto de GRanada para que me indicaran como hacer un pliego descargo de la sanción. Me dijeron que en el Ayto de mi localidad (en la Policía Local) me tramitaban un pliego descargo y que todo acababa ahí. Si le escribo es porque no ha ocurrido así.
El pasado mes de Septiembre recibí una segunda multa (calificada como MUY GRAVE) por no indicar el condutor/a. Me parece una tomadura de pelo, sancionarnos de nuevo (310,00€, nada más y nada menos) por esa causa. No podemos acceder a un hotel que está en una zona restringida de acceso por aire, ya que no tiene helipuerto el hotel.
En resumen, nos parece una barbaridad la forma que el Ayto trata a los turistas nacionales (que somos los que vamos a mantener el sector turísitico en este año y los próximos, por desgracia para todos).
Me he puesto en contacto con la Concejada de Turismo, y tras hablar con su secretaria e indicarme que van a hacer todo lo posible, nos han engañado, no teniendo respuesta por su parte. En fin, un gran desastre de atención al turista. En total, ese fin de semana que mi mujer y yo pasamos en la ciudad, el gasto total invertido en la riqueza para comercios, hoteles, taxistas y restaurantes pasó de 1.000,00€
Que no cuenten conmigo para dar trabajo y recursos a la ciudad de Granada, que se lo pidan al Sr. Alcalde que seguro, con estas multas, tendrás las arcas bien llenas.
Muchas gracias por su atención y lectura de mis comentarios.
Que les vaya bien porque seguro que, como yo, hay muchas más personas que han tomado la misma decisión.
Un saludo.