Las cuentas claras y el chocolate espeso. Es lo que hace falta y no me refiero a aspectos gastronómicos, sino a las cifras dadas a conocer sobre la situación económica de Andalucía. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, señaló esta semana que el déficit sería «seguramente mayor del 1,4%, y estará en la media»·, para al día siguiente afirmar la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo: «La media estará en el entorno del 3%, calculo yo». Obviamente, la media es la media, el 1,4% una cosa y otra es el doble, o el 3%. En fin, los números parecen colores.
Para más inri, el líder de la oposición andaluza, Javier Arenas, ha dicho que Andalucía está «en suspensión de pagos», lo que puede ser una temeridad o una realidad. Pregunten a empresarios y proveedores de la Junta y me temo que tendrán una conclusión clara sobre los impagos que sufren por parte de la Administración autonómica. Pero además ha sacado a relucir la deuda de nuestra región, casi 25.000 millones de euros. Astronómica cantidad que habrá que pagar y como no hay dinero, se financia, se emite deuda y se tienen que abonar intereses, lo cual no es nada productivo. Es verdad que esta situación no es muy distinta a la que padecen otras comunidades, pero la gran losa, la peor, es la tasa de desempleo, el 31,2%, la más alta de toda España, ocho puntos por encima de la media, dos veces y media superior a la del País Vasco, según la Encuesta de Población Activa (EPA), difundida este pasado viernes. Ello significa que tenemos casi 1.300.000 personas sin trabajo en nuestra región.
Así, paro, déficit, deuda y más ERE, con la novedad de la imputación del actual –lo que cobra especial dimensión– director general de Empleo, serán palabras y argumentos de primera magnitud en el debate electoral, que formalmente se inicia mañana con la firma del decreto de disolución del Parlamento y convocatoria de comicios para el 25 de marzo, por parte del presidente de la Junta y candidato socialista. Precisamente, Griñán encara una semana que desembocará con un nuevo secretario general socialista, elegido en el congreso federal que se celebrará en Sevilla el próximo fin de semana. Sobre la pugna entre Rubalcaba y Chacón, ha decidido no desvelar a quién prefiere. Permítanme que me atreva a decir, aunque pueda equivocarme, que si vota con el corazón su opción es la candidata catalana. Sin duda, gane una u otro, la primera reválida socialista serán las elecciones andaluzas. Hay quien dice, desde sus propias flas, que si pierden corren el riesgo de quedarse en un partido marginal. Otros cren que la victoria será el comienzo de la reconquista del poder. Veremos.