Los resultados de las elecciones andaluzas del pasado domingo todavía no están lo suficientemente digeridos, por parte de los protagonistas: PP, PSOE e IU. No voy a recuperar la ocurrencia que tuve de preguntarme en plena campaña sobre la conveniencia de un goberno de concentración o coalición en Andalucía, ahora que se ha planteado desde diversos ámbitos políticos y periodísticos. Arenas habla de gobernabilidad y el PSOE, por boca de María del Mar Moreno, prefiere el «entendimiento entre fuerzas progresistas». Imposible a todas luces, igual que lo hubiera rechazado el PP si hubiera obtenido mayoría absoluta, aunque no dejo de creer que sería la mejor salida ante la peor situación económica que vivimos en democracia.
Griñán acertó al convocar las elecciones por separado, en que el castigo de gran parte del electorado a Rodríguez Zapatero se habría pagado ya y, en cambio, sí le podrían pasar factura a Rajoy sus primeros recortes, como la subida de impuestos o la reforma laboral, aunque luego la huelga general resultara desigual y los sindicatos hayan podido salvar la cara. No creo que el Gobierno modifique nada sustancial. En definitiva, la campaña socialista, basada en la seguridad y el miedo a que llegue la derecha, es muy posible que también le reportara un buen número de votos, aunque insuficientes para mantenerse como la primera fuerza política.
También escribí no hace mucho que Griñán pretendía hacer de Andalucía El Álamo, el casi único bastión de poder socialista (con la excepción del País Vasco, donde el PSOE tiene muy difícil mantenerse y donde, curiosamente, también se hablaba esta semana de gobierno de coalición o concentración).
El líder socialista andaluz, ahora más líder que nunca en su propio partido, puede convertir su política en puro antagonismo frente al Gobierno de la Nación, ser la oposición de la Moncloa. Confrontación por confrontación. Lo mismo que han hecho algunos alcaldes andaluces frente a la Junta. Craso error, porque al final parece que están por encima los intereses partidistas que los ciudadanos. Es verdad que Andalucía es mucho para España, su comunidad más poblada, pero también la que más paro tiene y una economía muy dependiente de las instituciones públicas. Habrá que esperar a ver qué decide Izquierda Unida, si entra o no en el Consejo de Gobierno o a qué tipos de acuerdo está dispuesta a llegar. En definitiva, qué es lo que pide la coalición, qué programa programa, como remedaba Valderas imitando a Julio Anguita.
Está claro que los populares han ganado pero no han alcanzado su objetivo. Esa mayoría absoluta que tanto anhelaban y que suponía la llegada de la alternancia después de más de tres décadas de poder socialista se les ha escapado, quizá por la suma de muchas causas. La alta abstención, una campaña de baja intensidad, en la que el caso de los ERE parece no haber pesado mucho. Les toca esperar cuatro años o quizá menos si la gobernabilidad entre PSOE e IU hace aguas. Quizá por eso, Javier Arenas espera tener su quinta oportunidad si se produce un adelanto electoral, en unos momentos de una coyuntura económica tan sumamente complicada y sin visos de mejora a corto plazo. ¿No sería más fácil salir de la crisis si van todos juntos?
RAQUEL HEVIA //Ya que el patriotismo (¡ qué palabra mas anticuada: poner los intereses de la patria por encima de los del clan !)parece estar ausente del pensamiento de los políticos andaluces, reconforta que el sr. Peralta lo reclame. Después de recibir 72.000 millones de euros de la Unión Europea desde 1.986, Andalucía vuelve a estar en el punto de partida de 1.982. Tres décadas casi perdidas, porque nuestra región ha sido incapaz de crear un tejido empresarial que sustente una economía estable. Es verdad que tenemos una Educación Obligatoria universal; una asistencia sanitaria también universal;y autovías ( excepto en la Costa de Granada ).Pero tanto el paro (32 %), como el fracaso escolar (33%)son mas propios del Tercer Mundo que de la Europa a la que pertenecemos.
Así que cuando el Sr. Peralta sugiere un gobierno de concentración está pensando lo que piensa la mayoría de los andaluces. ¿ Alguien imagina que Andalucía salga de la UVI sin inversores ?. ¿ Alguien imagina que se puedan crear 700.000 empleos para reducir el paro siquiera al 15 % sin que el sector inmobiliario y residencial jueguen un papel decisivo ?.¿ Alguien imagina a IU «permitiendo» que las infraestructuras turísticas que necesita la Costa de Granada: puertos deportivos, residencial de calidad, golf y grandes superficies, se instalen durante esta legislatura ?. No es necesario ser profeta para augurar que si el patriotismo sigue ausente de nuestros líderes, Andalucía se convertirá en una «Autonomía Fallida», donde sólo se mantenga en pié la asfixiante e ineficaz burocracia de Junta, Diputaciones y Ayuntamientos. Sr. Peralta,creo que se quedará usted sólo con la bandera del patriotismo.