Dos comunidades de las llamadas históricas celebran hoy domingo elecciones autonómicas, Galicia y País Vasco, y una tercera, Cataluña, acudirá a las urnas el próximo 25 de noviembre. Conviene en estos momentos no olvidar que Andalucía también forma parte de este grupo, especialmente cuando la convocatoria electoral en el último caso está absolutamente marcada por una campaña soberanista o independentista. Por esa razón resultará obligado realizar una lectura de los resultados que se produzcan en clave nacional. Serán una prueba para Rajoy y Rubalcaba.
En primer lugar y respecto a los dos partidos mayoritarios el foco estará puesto para el PP en Galicia y la respuesta será saber si revalida la mayoría absoluta su líder Alberto Núñez Feijóo, ante la obligada pregunta por saber si le perjudicará la política ‘recortadora’ de Mariano Rajoy. En la campaña y en sus últimas acciones de gobierno el candidato gallego se ha distanciado sustancialmente con respecto al inquilino de la Moncloa. Ejemplo de ello fue su oposición a negar la atención sanitaria a los inmigrantes ilegales. Si los ‘populares’ obtuvieran de nuevo el poder en Galicia, con facilidad se interpretará como un espaldarazo para Rajoy.
En cuanto al PSOE, lógicamente, lo primero es saber si mantiene o empeora sus posiciones en ambos territorios. Que el PP no gobernara en Galicia sería ya un triunfo socialista, pero en el País Vasco la cuestión es mucho más delicada y las previsiones más negativas. Patxi López lo tiene sumamente difícil ante un esperado triunfo del PNV, como primera fuerza política, seguido por la izquierda abertzale, según coinciden todas las encuestas. ¿Pero se equivocarán los sondeos, como ocurrió en Andalucía? López se despide como el primer lehendakari no nacionalista, después de haber gobernado con el apoyo del PP, algo que en su momento parecía insólito. La campaña no ha abordado especialmente los denominados temas identitarios, aunque eso no signifique que afloren más adelante.
Afortunadamente, ETA ha sido derrotada y está abocada a su desaparición. El triunfo ha sido de todos los ciudadanos demócratas, pero no debemos olvidar a quienes han sido las víctimas inocentes del siempre injustificado terrorismo. Parece que la nueva legislatura vasca se presentará en principio muy abierta, a falta de posibles pactos o acuerdos en función de la fortaleza con la que cada partido cuente tras los resultados. Me atrevo a vaticinar algún tipo de alianza entre PNV y PSOE.
Y después, como digo, las catalanas, donde hay mucha tela que cortar, incluso que Andalucía tenga que alzar alguna voz que otra, porque lo que es inasumible ya es que se produzcan agravios económicos de unas comunidades frente a otras. Pero mejor esperamos primero los resultados de estas dos elecciones. ¿No les parece?