Resulta fácil apelar al tópico de “todo es posible en Granada” al evocar la marcha de la responsable del Milenio del Reino de Granada, camino de Bruselas, cuando 2013 está a punto de comenzar. Cierto es que a estas alturas lo que no se haya hecho ya…, pero no entiendo cómo se toma la decisión de cesar a Francisca Pleguezuelos, por muchos méritos que tenga para ser delegada de la Junta de Andalucía ante la Unión Europea. Su salida puede interpretarse como la del capitán del barco que lo abandona cuando está a punto de irse a pique, o que quien puso en marcha la iniciativa quiere ahora desentenderse.
Si la celebración del Milenio es la crónica de una oportunidad perdida, primero por esta crisis que todo frena, tampoco la imaginación y el aprovechamiento de recursos ha brillado con luz propia, ahora nos queda asistir al papelón de ver quién toma el testigo y se coloca al frente. El Partido Popular lo tiene fácil, con ponerse de perfil le basta, mientras que a los socialistas les corresponde arreglar el desaguisado que han creado.
Ojalá que el otro evento previsto en Granada, la Universiada del 2016, no se quede en frustración. No son unos Juegos Olímpicos, su relevancia mediática es reducida y como motor para crear alguna infraestructura está en el aire. No tendremos una villa donde alojar a los participantes porque todavía estamos pinchando la burbuja inmobiliaria. En eso ganarán los hoteles de nuestra ciudad, que tendrán que albergar a unos tres mil participantes durante dos semanas. Solo se prevé un pabellón deportivo universitario en Fuentenueva, el palacio de hielo se irá a Antequera y sobre la adaptación del puerto de La Ragua para las pruebas de esquí alpino no sabemos si se hará, por los condicionantes medioambientales, insuperables si no hay voluntad política. En las instituciones implicadas esperan que algún compañero sea el primero en poner la cara y apearse, o esperar a que ella sola se muera.
Es cuestión de valentía, decisión y asumir consecuencias. Renunciamos, perdemos los tres millones de euros pagados ya como canon para la celebración, se asumen los daños y perjuicios que pueda reclamar la Federación Internacional de Deportes de Invierno y también el deterioro que pueda suponer para Granada y España, incluida la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2020. O, en cambio, hay un compromiso entre todas las instituciones: Universidad, Junta, Ayuntamiento, Sierra Nevada, Diputación de Granada y Almería, para sacarlo adelante y que en La Ragua se realicen los proyectos previstos. En caso contrario tendrá que ser Candanchú donde se celebren esas pruebas, asumir lo que significa de fracaso y hasta de pitorreo. Por tanto, habría que saber ya si existe voluntad política o no para seguir. Y, desde luego, pedir responsabilidades a quien nos metió en ello y no asumió sus compromisos, tanto en el Milenio como en la Universiada. ¿No les parece?
P.D. Dejo para mejor ocasión abordar la existencia y conveniencia de la Delegación de la Junta en Bruselas.