Este domingo, víspera de la Nochebuena, es el tiempo más adecuado para evocar la alegría, fraternidad y solidaridad, cuando lo cotidiano está marcado por la dificultad, recortes, escasez, debilidad y hasta pobreza. Precisamente, un día después de la celebración del sorteo de la Lotería, que habrá dado mucha felicidad pero solo a unos pocos.
Afortunadamente, en nuestra querida España hay casos ejemplares de comportamientos personales y organizaciones que se vuelcan con los más necesitados. Claros ejemplos son el Banco de Alimentos, Cáritas, Cruz Roja y también el de numerosas oenegés, organizaciones religiosas, hermandades o cofradías. Su labor en este momento es encomiable y de agradecer, por el espacio que ocupan cuando las ayudas desde el ámbito público se agotan.
El Banco de Alimentos es uno de los mejores exponentes de altruismo y del excelente funcionamiento que desarrolla sobre la base de un trabajo que realizan voluntarios. Nadie pone en tela de juicio su excelente labor ni los magníficos resultados que logra, pero parece que algún representante político ha puesto su objetivo en querer controlar esa labor.
Ha trascendido esta semana que Diego Valderas, vicepresidente de la Junta y líder en Andalucía de Izquierda Unida, mantuvo una reunión con representantes de estas entidades para trasladarles supuestamente la necesidad de mejorar su labor, la distribución de alimentos, para que llegue a más personas. Desde IU se pretende crear una red que incluya a todas las administraciones públicas, para lo cual pondría en marcha un desarrollo normativo y se controlaría a todas las entidades.
Craso error. Si algo funciona –y muy bien– lo mejor es dejarlo en las mismas manos. No parece muy conveniente implicar a la gestión pública y mucho menos a cualquier tipo de interés partidista o intervención política, cuando desde esos ámbitos se han protagonizado algunos excesos censurables y condenables. Por favor, no contaminemos con comportamientos que se han caracterizado en muchos casos por la falta de responsabilidad o eficacia, e incluso por el despilfarro o la corrupción, como por desgracia conocemos. Que nadie intente apropiarse de iniciativas y labores que son modélicas y que están llegando a la sociedad con todo reconocimiento y que debemos agradecer. ¿No les parece?