A partir de hoy Susana Díaz, presidenta de la Junta, se hace cargo también de las riendas del PSOE de Andalucía. Se cierra un ciclo vertiginoso iniciado hace apenas cinco meses. La pregunta es muy fácil: ¿quién pensaba antes de finales de junio pasado que esta mujer de 39 años ocuparía el máximo poder autonómico y también en su partido? Creo que solo José Antonio Griñán lo tenía reflexionado, diseñó una estrategia y puso en marcha el mecanismo sucesorio, no exento de generosidad, que culmina hoy en Granada.
Fue el 26 de junio cuando Griñán anunció durante el debate del estado de la región que no volvería a repetir como candidato. Se abrió entonces el proceso de unas primarias, que no llegaron a celebrarse porque fue la única en presentar los avales necesarios. No olvidemos que consiguió el respaldo de 21.000 militantes, de un total de 45.000. El 21 de julio fue proclamada candidata socialista y el 7 de septiembre juró cargo como presidenta.
Nunca tanto ni en tan poco tiempo. Hoy es la mujer socialista con más poder institucional y orgánico en nuestro país y la tercera de Europa, superada por la primera ministra danesa, aunque aquel país tenga menos población que Andalucía, y por la mandataria de uno de los lander alemanes, Renania del Norte-Westfalia.
Ha sido una transición histórica entre los socialistas andaluces, en el poder desde 1982 con Rafael Escuredo, después Rodríguez de la Borbolla en 1984, Manuel Chaves desde 1990 a 2012 y tras él Griñán. Este último dio ayer un dato muy significativo, los cuatro nacieron entre 1944 y 1947, mientras que la actual presidenta lo hizo treinta años después. Por tanto, se produce un verdadero salto generacional.
El llamado fenómeno Susana Díaz ha cumplido de sobra sus mejores expectativas, ha pasado de la perfecta desconocida a ser una seria esperanza para los socialistas españoles. Su presentación, su ‘road show’, ha sido impecable, sin fallos, un claro éxito. En Granada se ha visto absolutamente arropada, especialmente por su partido en esta comunidad, que ahora cierra casi todas las heridas, rodeada de una cúpula a su medida. Entre sus compañeros del resto de España, todos quieren salir en la foto junto a ella, pero solo uno o una será su candidato a las primarias. Su poder e influencia estará en no defraudar, hacer política y gestionar. Ese será su principal activo.
Mientras tanto, la oposición andaluza sigue como Penélope, teje y desteje. Coincidiendo con esta cumbre socialista y el encumbramiento de su rival, han dado un paso adelante con el anuncio de Juan Ignacio Zoido de abandonar la presidencia del PP-A. Confiemos en su buen rumbo porque ya van con prisas. En cualquier caso, es imprescindible tener la mejor oposición posible ante el mejor Gobierno posible. ¿No les parece?