Menos paro y más Europa

Este miércoles conocíamos los datos del paro en España y se percibía cierta alegría al producirse un nuevo descenso, continuado, a la vez que se intensifica esa percepción denominada «cambio de tendencia». Cierto es que la mejoría no ocurre en toda España. A Granada, Jaén y Almería no han llegado todavía cifras positivas, todo lo contrario. En estas provincias y en Andalucía el paro incluso ha aumentado, también en otras comunidades como el País Vasco.

No podemos caer por tanto en el exagerado optimismo sobre la salida de la crisis, pero tampoco en el excesivo pesimismo. Afortunadamente, las comparaciones ínteranuales son positivas y hay que tener en cuenta la llamada estacionalización, que en Andalucía ha supuesto el fin de la campaña agrícola, en concreto la del olivar. Además, crecen las afiliaciones a la Seguridad Social.

Me temo que la recuperación será lenta, así como la creación de empleos, con un mercado laboral que ha sufrido una importante devaluación aunque haya mejorado en flexibilidad y competitividad. Se trata del gran problema que padece España, por lo que no tendría que convertirse en motivo de enfrentamiento o pugna política sino todo lo contrario. Los principales partidos deberían tener la creación de puestos de trabajo como objetivo prioritario de sus políticas, con el consenso como medio de alcanzar objetivos.

Moreno Bonilla lanzaba este jueves una propuesta de pacto precisamente sobre esta materia. El líder del PP-A pretende que los socialistas andaluces se liberen y alejen de Izquierda Unida. Creo que por el empleo no sobra nadie, excepto los parados. Hace falta más voluntad y generosidad hacia los ciudadanos, que verían con buenos ojos los entendimientos y la acción conjunta.

Hay que pensar en menos paro y más en Europa, sobre todo cuando ya se han convocado las elecciones al Parlamento de Estrasburgo. Incluso se puede votar por correo aunque todavía el Partido Popular no tenga sus papeletas, ya que no ha elegido a los miembros de su candidatura. Que vaya uno u otra como cabeza de lista no será muy decisivo a la hora de movilizar y captar votos, debe pensar Mariano Rajoy. Sea quien sea, da igual, se vota a la marca, al PP. Además, parece que estamos ante otra «marianada», que nadie le imponga tiempos ni prioridades. Lo que es seguro es que tanto si apuesta por un mirlo blanco o por el candidato que sonaba desde el principio, no entenderemos por qué ha tardado tanto tiempo. ¿O quizá sí? Puede ser que las encuestas que tenga Rajoy le den una sobrada victoria y no haga falta ni moverse. ¿No les parece?