Esta pasada semana los dos líderes de los principales partidos andaluces han iniciado la carrera hacia las urnas, cuya primera etapa será el 22 de marzo. Curioso es que tanto Susana Díaz, presidenta de la Junta y secretaria general socialista, como Juanma Moreno, presidente del Partido Popular en esta comunidad, coincidieran en que el pistoletazo de salida se disparara en Madrid. La primera acudió el miércoles a la inauguración de Fitur, la gran feria del turismo de España, en la que Andalucía es un destino fundamental, gran fuente de ingresos y motor en el mantenimiento y creación de puestos de trabajo. Pero lo hizo sin el que dos días antes era su consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, de IU. El divorcio se consumó y la pareja hasta se ha tirado los trastos a la cabeza. Mientras Izquierda Unida se debate entre su ser o en qué podemos quedar, el PP de Andalucía exhibió ese mismo día todo su músculo en un desayuno informativo en el madrileño hotel Ritz para arropar a su presidente Juanma Moreno, al que no faltaron líderes nacionales ni ministros e incluso representantes del cuerpo diplomático. Su introductor y presentador fue Rajoy, quien hace diez meses le dio las riendas de este partido en esta comunidad autónoma. Pero en esta cuestión de los tiempos –que en política su buen manejo es fundamental– Mariano ha fallado. Retrasar el relevo de Juan Ignacio Zoido ha hecho que su sucesor no disponga del suficiente plazo para llegar a toda Andalucía ni gozar de un mayor grado de conocimiento.
Su rival, Susana Díaz, ha hecho gala de trabajar con el calendario y llegar a la conclusión de que lo mejor es adelantarse. La anticipación deja a sus rivales desconcertados o poco preparados. Es un gesto de valentía ser la primera en enfrentarse a Podemos, un partido que intenta ocupar todo el espacio de la izquierda, aunque sea voluble, semoviente y adaptable a las circunstancias, o a lo que mejor quieran escuchar muchos ciudadanos. Es indudable el seguimiento de esta fuerza y lo demostró ayer en las calles de Madrid. Lo que no sabe nadie es cómo se traducirá en las urnas, si tendrá un efecto pasajero o han venido para quedarse en el espectro político. Es muy posible que quien critica el bipartidismo lo que pretende es también ocuparlo. La primera toma de temperatura será en estas autonómicas andaluzas, con Susana Díaz en primera línea del frente. Una mujer a la que desde el mismo Partido Popular, con Rajoy a la cabeza, hacen de ella el icono del liderazgo socialista frente a Pedro Sánchez, al acusarla de que su objetivo no es otro que dar el salto a la política nacional. Con ello potencian aún más su figura en la propia Andalucía.
Todos están listos –unos mejor que otros– para llegar a las urnas y ya cocinan las listas de candidatos. Porque en el fondo también se trata de dar la cara. ¿No les parece?