La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha realizado esta semana una visita a Bruselas, como capital de las instituciones europeas, epicentro y escaparate del poder en este Viejo Continente y lo curioso es que también lo ha hecho el líder de la oposición en esta comunidad, el ‘popular’ Juanma Moreno, quien pidió que coincidieran en sus agendas. Al final cada uno fue por su lado, pero hay que reconocer que la socialista se llevó el gato al agua.
Díaz demostró su poderío no sólo entre sus compañeros socialdemócratas europeos sino también con sus entrevistas a muy alto nivel. Ha pasado de sobra esta reválida exterior y en una lectura más interna le ha servido para que muchos españoles visualicen a esta andaluza como la líder de la oposición española, tras el defenestrado Pedro Sánchez, aunque ella se empeñe permanentemente en señalar que todavía no toca hablar de personas en el PSOE.
Y hablando de reválidas, esta semana el Gobierno de Madrid ha pactado con los consejeros autonómicos de Educación un decreto ley por el que se modifica la Lomce y paraliza la puesta en marcha de estas pruebas. El objetivo es que se ponga en marcha un pacto de Estado, algo esperado y absolutamente necesario en este país, si realmente quiere ser competitivo. La enseñanza es un pilar fundamental del desarrollo para poder conformar nuevos modelos económicos, profesionales y laborales del futuro. Pero veremos si hay voluntad de diálogo y negociaciones, dejando a un lado posturas partidistas e ideológicas. Será la gran demostración del funcionamiento, o no, de la nueva política. De momento parece que los primeros pasos van en dirección correcta, porque tampoco está nada mal el acuerdo de este jueves entre PP y PSOE, los dos grandes partidos mayoritarios, sobre los objetivos de déficit y deuda en las comunidades autónomas, así como la subida nada menos que del 8 por 100 del salario mínimo interprofesional y otras acertadas y necesarias medidas recaudatorias para lograr más ingresos.
Es tiempo de una nueva oposición y un nuevo liderazgo. Queda mucho camino por recorrer, como dar solución al problema de las pensiones o abordar la conveniencia de la reforma constitucional, cuya fiesta celebramos estos días, aunque algunos se empeñan en despreciar su génesis cuando fue un excepcional marco de convivencia y están vigentes sus valores fundamentales. ¿No les parece?