El comité federal del PSOE abrió formalmente ayer su carrera hacia las primarias para elegir a su nuevo máximo dirigente. Son conocidas las posiciones de salida, con Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz, pero no de quién ni cómo llegarán a la meta. Los socialistas juegan al ‘Brexit’, con el riesgo de separación. Los británicos han empezado con mal pie, pero la UE se ha mostrado firme y sin fisuras para preservar sus intereses y los de sus ciudadanos. Ese es un buen espejo para que se miren los del puño y la rosa, buscar su identidad y poner por encima los intereses de los españoles. No lo tiene fácil si observamos a la socialdemocracia europea cuando ni siquiera las esperanzas depositadas en el alemán Martin Schultz han cuajado en su primera confrontación electoral frente a Ángela Merkel y otras fuerzas políticas germanas. Susana Díaz arrancó con fuerza el domingo pasado, con una puesta de largo impecable. Estaban todas las históricas familias socialistas, aunque en su momento fueran antagonistas y estuvieran a la greña: desde Felipe González a Alfonso Guerra, Rodríguez Zapatero y Bono o Rubalcaba y Carme Chacón. Las primarias serán el 21 de mayo y la pregunta es si ese PSOE será el del futuro, ver qué efectos secundarios provocan entre la militancia y, sobre todo, la capacidad de recuperar su electorado. Díaz, en caso de salir victoriosa en este primer trance, tendrá que compaginar la secretaría general socialista y su papel como líder del principal partido de la oposición con la presidencia de una comunidad autónoma tan relevante como Andalucía, una situación inédita. Sus oponentes aprovecharán esa dualidad para debilitar y minar la percepción que sea capaz de ofrecer su gobierno en esta tierra.
Al mismo tiempo la dedicación en Ferraz obligará a la sevillana a dejar la dirección socialista en Andalucía, lo que abriría otro escenario complicado. Ocurrió con Griñán en la Junta y Chaves en el partido, una bicefalia que no dio resultado. Precisamente estos dos ex presidentes han sido los grandes beneficiados esta semana en el dictamen de la comisión de investigación parlamentaria sobre los cursos de formación, al no ser señalados como responsables políticos. Los socialistas se juegan su ser o no ser, su capacidad de conectar con la ciudadanía, ofrecer soluciones y, al mismo tiempo, diferenciarse y distanciarse de otros partidos. Nada fácil. Pero sería peor si el mañana del PSOE va por el «no es no» y persiste en los peores resultados electorales de su historia. El riesgo de ‘brexit’ es real. La cercanía a Podemos ya sabemos dónde ha dejado a Izquierda Unida y si miramos a Venezuela me acongoja que fruto de asesoramientos de antaño se practique un golpe de estado, como es la decisión de quitar competencias al parlamento, aunque parece que ayer se producía una marcha atrás. Esperemos que se confirme y que en todos los casos la democracia se refuerce. ¿No les parece?