Ayer me desayuné una de esas portadas que te arranca una sonrisa, no por que el tema tenga gracia, que no tiene ninguna, sino porque ves una foto que es puro FOTOPERIODISMO en mayúsculas.
Me da igual si el compañero José María González Molero pasaba por allí o llevaba dos horas apostado junto al bar esperando que se produjera ese «instante decisivo», repito, me da igual, porque lo verdaderamente importante es, como digo en el título de este post, la mirada de la experiencia, tener el olfato para saber cuál es la foto del día, cuál es la imagen que cualquier editor gráfico no dudaría ni un segundo para proponerla como foto de portada.
Me hace gracia la gente que, ante una foto como esta, tiene la discapacidad visual para decir «bah, esa foto la hago hasta yo, seguro que se la ha encontrado», no os engañéis, esta foto no es sólo cuestión de esperar, es cuestión de anticiparse a ese juego de miradas que cruzan la imagen, cómo los partidos de la oposición comparten risas confidentes, mientras los miembros del partido aún en el poder se acercan como los siete magníficos, dispuestos a pasar de largo, como si la cosa no fuera con ellos.
En fin, hoy es de esos días en el que te alegras de pertenecer a este maravilloso oficio que se llama FOTOPERIODISMO, y a ti, Jose, te repito lo que te he dicho esta mañana: olé, olé y olé.