Qué gracia me hace cuando para hacer fotografías de un concierto (por ejemplo Bryan Adams, que es el caso que os voy a comentar), te exigen que firmes un documento en el que te comprometes a publicar un máximo de 6 fotografías, que sólo puedes hacer fotografías durante el primer tema, aproximadamente tres minutos. Que no puedes hacer fotografías del público. Que no puedes hacer fotografías de camino o regreso al foso. Que solo puedes hacer fotos desde el lado derecho del escenario. Que no te puedes mover del sitio porque hay un cámara de la organización grabando y no se puede mover. Que no puedes utilizar flash, esto lo entiendo.
Y me pregunto ¿Qué sentido tiene?, si ves que hay cientos de personas que puedes hacer fotografías y vídeos durante todo el concierto, con sus potentes teléfonos móviles y sus pequeñas cámaras de vídeo de 4K. Y antes de acostarme después de editar el poco trabajo fotográfico, me vuelvo a preguntar ¿Qué sentido tiene?, cuando ves como se inundan las redes sociales con miles de fotografías y vídeos del artista en toda clase de posturas y cantando cualquiera de los temas que yo como profesional no tengo posibilidad.
Mi conclusión es que los fotoperiodistas somos profesionales y siempre intentamos sacar la mejor fotografía para ilustrar la noticia, y en tres minutos es muy difícil dar con ella, y aunque los responsables de este tipo de eventos no se lo crean, un concierto como el de Bryan Adams, es una noticia.
Ramón L. Pérez / Fotoperiodista
Olé!! Muy bien dicho! Tienes toda la razón!!
Quizás estas normas valían cuando no había móviles, pero ahora es absurda, pienso.
Es absurdo. Una vez no recuerdo en que concierto, cuando pasaron las tres primeras canciones, debí dejar la cámara en una caja fuerte tras el escenario y recogerla una vez que terminó el concierto.
Y por no decir ya cuando el foso está tan lleno que en vez de tres canciones te dicen una y media para que se entre por turnos… en fin.. Completamente de acuerdo, no tiene ningún sentido