A pesar de su juventud, Francisco Miguel Rodríguez es una de las personas más conocidas en el mundo cofrade de la localidad de Almuñécar.
Vinculado a varias hermandades y desempeñando diferentes puestos de responsabilidad en las mismas, en los últiomos años está prestando además su voz a diferentes pregones de la localidad, perteneciendo también a la tertulia cofrade ‘El Candelabro de cola’, tan activa en el municipio.
– ¿Cuánto tiempo lleva en su hermandad? ¿A qué hermandades pertenece?
Son varias hermandades a las que tengo el orgullo de pertenecer. Desde mi nacimiento pertenezco a la Real, Muy Antigua, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Almuñécar, en la que pertenezco a su Junta de Gobierno como Vocal de Juventud, siendo también presidente de su Grupo Joven. Desde el año 1998 soy hermano de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración “Silencio”, de Almuñécar. Continuando el legado que empezase mi abuelo, Miguel Rodríguez Planas desde el mismo año de la fundación de la misma. Hermano de la Archicofradía de la Santa Vera Cruz y hermandad del Santo Entierro de Cristo “Sepulcro”, de Almuñécar, y Capataz de paso de la Santa Vera Cruz desde el año 2010. Hermano de la Humilde y Fervorosa Hermandad de Penitencia de Jesús del Gran Amor Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Salud de Almuñécar desde el año 2013. Y contraguía del paso de María Santísima de la Salud desde este año 2014. Además soy horquillero de la Gloriosa y Mariana Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua, Excelsa Patrona de Almuñécar desde el año 2008.
– ¿Cómo vive el día de su salida procesional desde que se levanta? ¿Cuál es el momento que vive con más emoción?
Para mí, al igual que cualquier cofrade, toda la semana es especial, podría quedarme con mil momentos de cada uno de sus días. Un Domingo de Ramos es el comienzo de todo, es un pueblo, una ciudad o hasta un barrio echada a la calle para volver a encontrarse con todo lo que ha esperado a lo largo de un año. El año pasado tuve el gran privilegio de presentar el cartel de la hermandad del Despojado de Almuñécar, con una fantástica instantánea de María Santísima de la Salud, hizo aún más especial si cabe ese día. Para quién no conozca a la hermandad de la tarde del Domingo de Ramos sexitano, es un pueblo costero de total influencia de la forma de llevar los pasos por nuestra vecina Málaga, encontrado con el estilo de nuestra seña de identidad de nuestra capital, la trabajadera granadina. También es una hermandad que desde el Templo del Salvador afincado en el P4 Sexitano, sube hasta el barrio del Castillo de San Miguel donde nos hace disfrutar en sus estrechas calles y nos enmudece, al derrochar puro arte en la Cuesta del Carmen al bajar de nuevo a Almuñécar.
El Miércoles Santo, rozando ya casi la madrugada del día siguiente, sale a las calles de Almuñécar el Santísimo Cristo de la Expiración a enmudecer a su pueblo. Hacer estación de penitencia con esta cofradía sexitana es algo único, son recuerdos vividos junto a mi abuelo y buenos amigos en riguroso silencio. El simple hecho de recordar como pongo mi fajín de esparto, hace que se me pongan los vellos de punta. Si me tuviese que quedar con un momento desde su recorrido procesional escogería la bajada por la Cuesta del Carmen, su reflejo en las paredes de las casas contiguas iluminado tan sólo por los cirios de sus hermanos lo hacen sencillamente único.
El Jueves Santo, es el encuentro con mi hermandad, es el duro trabajo de todo un año plasmado en su estación de penitencia. Cada momento de ese día, es algo inigualable con lo vivido el segundo anterior. Son los nervios, las prisas de última hora y la seguridad de que todo saldrá bien. De ese día me quedo absolutamente con todo, y en especial, con desde el mismo instante en el que me acerco a mi túnica y empiezo a vestir por fuera ese sentimiento que llevo siempre por dentro. El ponerme su medalla, el encontrarme junto a mis hermanos en el templo parroquial y la última oración junto al Nazareno, hacen que los segundos previos a su salida procesional se viva con gran expectación. Cuando el Señor de Almuñécar sale a la calle, todo su pueblo enmudece, las 180 almas que portan su paso hacen del Jueves Santo una estación de penitencia majestuosa. Aunque si me tuviese que quedar con algo de mi cofradía en la calle, me quedaría con su salida del Viernes Santo durante la celebración del Auto Sacramental de ‘El Paso’. Es el paso de la majestuosidad anteriormente citada, a la más simple humildad. Es Cristo en su pueblo, que ha dejado su enorme trono para subirse a unas pequeñas andas, para que puedas sentirlo tan cerca, que hasta casi puedas acariciarlo.
Llega la tarde, todo ha acabado. El ponerme frente al paso de la Santa Vera Cruz es un privilegio al alcance de muy pocos, por eso intento hacerle sentir a mi cuadrilla dicho sentimiento. Si me tuviese que quedar con un momento de dicha estación de penitencia, desde luego que sería el paso por el Arco del Cine, una maniobra muy complicada, en la que la habilidad del costalero y del capataz tienen que ser una.
– ¿Cómo se presenta la Cuaresma para usted?
Si la Cuaresma de 2013 fue inolvidable, la de 2014 se presenta aún más atractiva. A penas unos días antes de la misma, tuve el privilegio de ser el primer Presentador del Cartel que edita la Tertulia Cofrade ‘El Candelabro de Cola’. El día 6 de abril viviré algo muy especial, seré pregonero de mi Cofradía del Cristo de la Expiración (Silencio). Es algo que me enorgullece, creo que lo más grande que le puede ocurrir a un hermano de esta hermandad del Miércoles Santo sexitano. Como bien he comentado anteriormente, nos encontramos en el desarrollo de un nuevo paso a costal para la Santa Vera Cruz. Todo lo que ello conlleva, hace que esta cuaresma la pueda vivir más profundamente cada segundo.
Este año también viviré mi debut como contraguía del paso de María Santísima de la Salud, y en esta cuaresma, los ensayos junto a sus costaleras, le dan otro toque muy especial. En el desarrollo de esta Cuaresma también he vivido el nacimiento del programa de radio cofrade ‘El Candelabro de Cola’, del cual tengo el privilegio de ser el presentador. Además de todo lo anteriormente citado, me encuentro junto a los diputados de la estación de penitencia del Nazareno en pleno desarrollo del protocolo que conlleva la misma.
– Como cofrade, ¿cómo ve el estado de salud de la Semana Santa de hoy en día?
Creo que se auguran buenos momentos para la Semana Santa en general. La crisis económica es cierto que ha hecho que se paralicen proyectos, lo que nos ha hecho madurar como cofrades. Pero todo también ha hecho que la caridad cristiana y las obras sociales sean cada vez más numerosas entre las hermandades. Aunque vivimos momentos difíciles, hacen que cada vez más sean las personas que se acerquen a nuestras cofradías. Creo que nos encontramos en pleno proceso de expansión al abrir nuestras hermandades a través de las redes sociales a todo el público en general. También es más sencilla la formación del cofrade a través de las mismas, aunque siempre hemos de tener la cabeza fría y no provocar perder esa idiosincrasia que hace a nuestra Semana Santa tan especial. Todo esto es así gracias al motor básico de este mundo en la actualidad, la Juventud Cofrade. Los jóvenes tienen claro que son el futuro de nuestras hermandades, de ahí que conscientemente impongan su fuerza y ganas de crecer para garantizar el futuro de nuestras Cofradías.
– Un deseo para la Semana Santa de 2014.
Que todas las hermandades puedan realizar su Estación de Penitencia.
DE CERCA:
– Un recuerdo de su infancia como cofrade:
Podría decir miles, pero si tuviese que quedarme con alguno, me quedaría con un momento durante mi primera estación de penitencia con el Silencio. Fue cuando encendí mi bengala en la Cuesta del Castillo para que entre su humo ver a Cristo Expirado subir hacia el barrio del Castillo de San Miguel.
– Una Imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
De Almuñécar, el Nazareno, y de Granada, el Santísimo Cristo de la Expiración de la hermandad de Los Escolapios.
– Una Imagen de Virgen de nuestra Semana Santa:
De Almuñécar, María Santísima de la Salud, y de Granada María Santísima del Mayor Dolor, de la hermandad de Los Escolapios.
– Una hermandad, que no sea la suya:
De Almuñécar, la Cofradía de Ntra. Señora Virgen de los Dolores, y de Granada la Muy Antigua, Real, e Ilustre Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de San Agustín, Jesús Nazareno de las Penas, Nuestra Madre y Señora de la Consolación y Santo Ángel Custodio.
– Una marcha:
Elegir una sola marcha es una tarea más que difícil, aunque creo que escogería ‘Amor, Corneta y Costal’, de Raúl Rodríguez Domínguez.
– Un momento especial de la Semana Santa (que no sea con su cofradía):
Aunque mi Cofradía también participa, creo que cualquier sexitano escogería la celebración de El Paso. Es un pueblo puesto a los pies de Cristo, arrodillado ante la bendición de su Madre, y enternecido al arriesgar su vida Santa Verónica, ante su Discípulo Amado roto en llanto.
– Su rincón para ver cofradías:
Mi rincón favorito está claro, Almuñécar, toda en sí. En cada esquina un derroche de arte, un momento nuevo por vivir y sobre todo, un sentimiento que aflora en cada uno los rincones de esta ciudad.
– Su momento más feliz como cofrade:
En este mundo he vivido muy buenos momentos. He disfrutado siempre como si fuese el último día. Lo he hecho en actos, cultos y sobre todo en su Estación de Penitencia, ya participase o no en su desarrollo. Podría escoger los Pregones que he realizado hasta ahora, pero creo que nunca olvidaré el día que recogí el ‘Premio Longinos 2013’ otorgado por la Vocalía de Juventud de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Almuñécar al Grupo Joven de la Cofradía del Nazareno, el cual tengo el gran honor de presidir, por su trayectoria cofrade desarrollada a bien de la Semana Santa de Almuñécar. Fue un premio otorgado a cada uno de los jóvenes que han formado parte del mismo durante estos catorce años de historia, orgullo de su hermandad.
– Y el que le hubiera gustado no vivir:
El Jueves Santo del año 2011, recién iniciada la Estación de Penitencia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno nos sorprendía la lluvia, que según los meteorólogos no haría acto de presencia en ese día, y nos vimos obligados a suspender nuestro desfile procesional por las calles de Almuñécar.
– ¿Con qué adjetivos definiría nuestra Semana Santa?
La Semana Santa es sentimiento, olor, color… Es ser cofrade, y todos los adjetivos positivos que puedan añadírsele a todo ello.
– Cuéntenos alguna anécdota cofrade que haya vivido usted.
En 22 años que tengo, tengo miles de anécdotas que les podría contar. Es más, juntos a mis amigos del Grupo Joven de la Cofradía del Nazareno, tenemos planeado algún día escribir un libro donde contaremos la gran mayoría de ellas. Desde tener que despertar a un contraguía en plena Estación de Penitencia, hasta que me suene el móvil en el más profundo de los silencios, interrumpiendo un momento único. Pero la que he escogido lo he hecho porque creo que refleja lo que es el Nazareno en su pueblo. Por unas obras que se estaban realizando en la Calle del Escamado, nuestra cofradía se vio obligada a cambiar su recorrido por una calle paralela a la misma. Al escuchar como el sonido de un llanto, me puse a buscar desde donde provenía, mire entre mis hermanos, pero no lo encontraba. Fue en una revirá en la que apenas entraba el paso del Señor de Almuñécar, en la que por miedo a un cable miré hacia arriba y allí estaba una anciana, de rodillas rogándole al Nazareno llorando como jamás había visto. Esa imagen me ha ayudado mucho en mis devenires cofrades, hace que no olvide nunca que la gente pasa, pero el sentimiento es lo que queda. Esto es lo que me hace seguir luchando por mis sueños, por mantener viva la devoción en los corazones de ese pueblo sexitano que día a día le reza al Señor de Almuñécar.
– Por último, a quien vaya a ver su cofradía este año en la calle, ¿en qué le destacaría que debe fijarse?
Le diría que se fijase en su cortejo, que en este año 2014 vivirá una serie de modificaciones que le ayudarán a mejorar. Y si me preguntase por un sitio donde acudir a verlo, le diría que a la calle que lleva su nombre, a la Calle Jesús Nazareno. La bajada a la Plaza de la Constitución y esa inigualable revirá en la misma, proporcionan el marco ideal para ese Jueves Santo que ya roza su fin, segundos antes de que se produzca el encuentro con su Madre, la Virgen de los Dolores.