Mi tertulia cofrade con… Cecilio Cabello

Cecilio Cabello

Si cualquier Cuaresma es vivida con intensidad por el cofrade granadino Cecilio Cabello Velasco, ésta aún más, ya que su cargo de Comisario para la Coronación Canónica de María Santísima de la Amargura le ocupa muchas horas de su dedicación a las hermandades.

Es uno de los cofrades más conocidos de Granada, y a lo largo de su vida ha estado vinculado a distintas hermandades, tanto de penitencia como también de gloria.

– ¿A qué hermandades pertenece?

Pertenezco a cuatro cofradías: Despojado, Silencio, Soledad de San Jerónimo y Huerto. A la que más tiempo llevo perteneciendo es a la del Despojado, desde 1987.

– ¿Cómo vive el día de la salida procesional de su hermandad?

Procuro tener vacaciones para Semana Santa, de modo que el día de mi salida procesional, me levanto, me aseo, desayuno y salgo a visitar los pasos en sus sedes. Suelen acompañarme mi mujer y nuestro hijo. Después, cerca del mediodía, tomamos unas cañitas en algún bar cofrade, normalmente El León, y a casa a comer y prepararnos para la Estación de Penitencia. Solemos salir vistiendo la túnica nazarena y el capillo desde casa.

– ¿Cuál es el momento más emocionante?

El momento más emocionante es el encuentro, cara a cara, con mis titulares instantes antes de la salida penitencial. Ese momento de recogimiento e intimidad es tan necesario como impagable.

– ¿Cómo se le está presentando ésta Cuaresma?

La Cuaresma se me presenta como siempre, cargada de actos interesantes, aunque unos más que otros. Por eso, procuro seleccionar, ya que, además hay que seguir trabajando normalmente.

– ¿Y para sus hermandades?

Para mis hermandades será también, como de costumbre, un tiempo intenso, espero y deseo que también en la preparación espiritual.

– ¿Cómo ve la salud de la Semana Santa de Granada?

La Semana Santa de Granada tiene que asentarse, necesita cimentarse firmemente en valores más trascendentes que los meramente estéticos o de ejercicio de la caridad. Hace falta mucha formación a todos los niveles, pero fundamentalmente, catequético. Y esto para todos los estamentos cofrades. Aunque parezca mentira, aún hay responsables que, como se suele decir, de «religión», lo justito, tirando a escoso. No todo deben ser enseres y patrimonio extraordinarios, andar costalero elegante y magníficas bandas. Esto también. Pero lo primero es antes. Base y cimientos que den sentido al quehacer de las cofradías. Sólo así habrá futuro.

– Un deseo para la cercana Semana Santa:

Un deseo ferviente para la semana Santa de 2014? Que no caiga ni una gota de lluvia de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección.

DE CERCA

– Un recuerdo de su infancia cofrade:

La procesión de Nazareno y la Virgen de los Dolores por las calles encuestadas de Colomera.

– Una imagen de la Virgen.

Dos: La Amargura y la Soledad jerónima.

– Una Hermandad que no sea la suya.

La Aurora.

– Una marcha.

Mi Amargura, de Víctor Ferrer.

– Un momento especial de la Semana Santa.

La Adoración al Señor de los Favores del Campo del Príncipe a las tres de la tarde.

– Un rincón para ver cofradías.

¿Sólo uno? Pasiegas.

-El momento más feliz que recuerda de su vida cofrade.

Su momento más feliz como cofrade fue, sin duda, mi primera Estación de Penitencia junto al Cristo de la Misericordia.

– ¿Y el que no le gustaría haber tenido que vivir?

El momento que no me hubiera gustado vivir también lo tengo muy claro. La prohibición de la salida procesional del Nazareno.

– ¿Con qué palabras define a nuestra Semana Santa?

¡ Única ! Nuestra Semana Santa es única. Tan única como las de las demás ciudades, pero, ¡ en Granada !

– Cuéntenos alguna anécdota de su vida cofrade.

Una anécdota inolvidable fue la de un año que, a las puertas del Bar El Sota, en el Realejo, en que Curro Albaycín puso, sobre el capó de un coche allí aparcado, una fuente de gambas cocidas e invitaba a sus conocidos a comerlas acompañadas de una copa de anís, mientras esperábamos la llegada de la cofradía.

– A quien vea a su hermandad, ¿en que les aconsejaría que se fijaran?

Lo ideal sería que quienes vieran la procesión se fijaran en las imágenes de Cristo y de la Virgen. Ellos son la razón y el sostén de nuestro vivir cofrade cotidiano.