Déjame que te hable de aquellas casetas, y de aquellos caseteros. De aquellas noches de fiesta bajo las telas de colores; de aquellos platos tan ‘flamencos’ y de aquellos días en los que el calor nos invitó a beber algo fresquito. Déjame que te cuente de la feria aquella en la que volvimos a ser felices.