Como cada año, una vez acabada la Feria, hago mi particular balance (muy personal) de ella, este año ayudado por las fotos de mi buen amigo Fermín Rodríguez.
Se escapó otro Corpus, el de 2015; el de las aglomeraciones de gente en el ferial, las noches sin rebujito, la reforma de las calles solo a medias (o algo menos), los flamenquines a 14 euros y los relaciones públicas compartiendo esquina con los caballos y carruajes. Se marchó el Corpus en el que fuimos ¡a la feria, niña. A la feria!.
Al igual que el pasado año, en estas líneas, intento hacer un breve balance de la feria, o mejor dicho, de mi feria. Esa de la que este año pregoné a sus caseteros, esa que me ha regalado mediodías, tardes y noches para recordar y esa en la que pude corroborar una vez más lo que ya decía en mi pregón: la feria me ha regalado muchas cosas, sobre todo buenos amigos.
Creo que casi la he contado al completo ya, hora a hora, entre las páginas de IDEAL, los videos de ideal.es y los mensajes en redes sociales (a todo ello os remito).
Ahora llega el momento de entregar mis personalísimos premios del Corpus 2015:
– Mi mejor momento del Corpus:
El almuerzo del último día, con Raúl, Ramón, Bea, Páxan…
– Mi momento más tradicional:
Sentado en El Farol, con los miembros de la Federación de Casetas, haciendo balance y viendo pasar caballos, carruajes y gente, mucha gente.
– La mejor comida casetera:
Este año, las patatas. Por un lado las patatas fritas que acompañaban, el domingo de feria al mediodía, los platos que se servían en La Chicuelina. De auténtico lujo. Por otro, los huevos rotos con patatas de Carambirubí.
– La bebida que más me refrescó:
Este Corpus he sido muy de Cocacola.
– La caseta que vi más animada:
Este año me quedo con la imagen de las calles del ferial repletas de gente. Aunque, cuando a una caseta se le gasta el suelo es señal de que por allí ha pasado gente, mucha gente, y este año he visto suelos gastados.
– La caseta que sentí más acogedora:
La Chicuelina, (si el año pasado llegué a sentirme como en casa, este año solo me ha faltado ponerme las zapatillas de paño y el chándal).
– La caseta que vi más bonita:
Por Peteneras.
– La caseta que noté mejor decorada:
El Revuelo, con esa recreación de la feria y homenaje a las casetas que se fueron.
– Las casetas, no tradicionales, que más me gustaron:
La Casa de Motril.
– El acto más simpático:
El concurso de tortillas de patatas de La Cachucha, que me aseguraron se lanzaron definitivamente a convocarlo tras escuchar en mi Pregón mi reivindicación de los eventos gastronómicos en las casetas.
– El momento más clásico de la feria:
El concurso de tapas en la caseta municipal.
– Momento para recordar:
La cena del domingo en la caseta La Chicuelina con muy buenos amigos.
– Momento cofrade del Corpus:
El intento de dar un ‘izquierdazo’ con mi amigo Luis Rodríguez en la caseta el Farol al sonar marchas legionarias.
– Mis caseteros favoritos:
Raúl Acevedo, Ramón Marín, Juanma Plata, Paco Oviedo, Javi Fernández, Carlos Sánchez… y todos los ‘chicuelinos’.
– Mi ‘gitana’ favorita:
Mi Marian Maldonado, de El Estribo.
– El reencuentro que esperas…
Con una veterana casetera en Estaría de Dios.
– Para no olvidar…
El poder haber vivido un mediodía en el Corpus con mi ‘corte sevillana’… Tener aquí a Rechi o Comas, y en feria, fue todo un lujo. Y, por supuesto, todos los ratos vividos con mis chicuelinos.
– Mejor lo olvidamos…
No hay que olvidar nada de la Feria… aunque si se trata de olvidar, y por ser egoista… aquella caseta que me moría por probar una cosa que preparaban en sus fogones, y no fueron por decirme que lo degustara.
Como cada año, vaya desde estas líneas mi agradecimiento a todas las casetas donde fui bien recibido, donde tuvieron el detalle de invitarme a un refresco o una cerveza, donde me sacaron un plato de jamón, un pinchito o alguno de esos ricos platos caseteros. Gracias a todos los que me digísteis aquello de ‘aquí tienes tu casa’… De todo corazón, gracias.
Y para recordar este Corpus, pulsa aquí.