La malagueña Magdalena Álvarez estuvo cinco años mal contados de ministra -lo de mal contado va por su gabinete de prensa- y le sobraron dos para inaugurar el AVE de Málaga.
Desde entonces está visto y comprobado que lo que importa no son ni los presupuestos ni las dificultades técnicas, sino las ganas de hacer las cosas. Da igual dibujar en las cuentas un porrón de millones si después se desvían de tapadillo para otras provincias; y los mayores obstáculos no son las montañas que se desmoronan sino los políticos que se conforman con las sobras de otro plato.
Magdalena nos tenía acongojados con su carácter entre dama de hierro y madre superiora, y ninguno nos atrevíamos a llevarle la contraria porque no entendíamos un pijo de cuentas. Pero en esto llegó Concha de Santa Ana, que con su mente preclara de ingeniera nos enseñó a interpretar las tablas farragosas de los presupuestos estatales. (Entiéndase que esto era cuando hacía declaraciones).
Y a partir de entonces, nosotros los periodistas, que para contar más de diez teníamos que echar mano de los dedos de los pies, nos convertimos en expertos fiscales que mirábamos los números y adivinábamos el destino.
Basta con coger un proyecto y observar hasta qué año estará apoquinando el Estado. Si resulta que la autovía cual o el trenecito pascual no se termina de pagar hasta 2023, podemos abonarnos a los atascos y a los niños vomitando en la cuneta, mientras la jaula con el canario se tuesta en el maletero a la altura de los caracolillos de Vélez.
Con este análisis tan sencillo, Concha nos explicó que Zapatero no terminaría la A-7 hasta 2014 ni el AVE hasta 2015. Manolo Pezzi nos quiso explicar que se trataba del ‘método alemán’, pero nosotros siempre nos fiamos más de nuestra Concha que de la Merkel.
Esta mañana nos hemos tirado de cabeza a los primeros presupuestos del PP -esta mañana no muy temprano, que tampoco somos de madrugar-.
Y tras aplicar la ‘doctrina Santa Ana’ hemos descubierto que las obras de la A-7 durarán otros dos años, que la segunda circunvalación pasó al olvido y que el AVE tardará en llegar casi un lustro.
Salvo que la ‘doctrina Santa Ana’ no se pueda aplicar en carne propia.
O que nosotros no tengamos ni puñetera idea de cómo se interpretan unos presupuestos.
Que puede ser.
Pues eso, que todos mienten como se suele decir. Esta Concha de Santa Ana acabará haciendo veraz al gran mentiroso de Pezzi. Por más que ponga esa cara «de dolorosa en viernes santo» ahora juega su papel, camufla a su gobierno y cobra el sueldazo que todos le pagamos. Sorprende la rapidez con que el PP está emulando a ZP en lo de mentir, en lo de decir una cosa (descongelo pensiones (verdad a medias)porque me lo llevo subiendo IRPF e IBI,más el de Sociedades y lo que haga falta. La culpa es del boquete del PSOE de ZP. Ya están como los otros cuando culpaba al PP de Aznar. Vergüeza dan. Por cierto, la gente no es tonta y el primero que se ha quedado mudo ha sido Arenas. Ojo al dato.
Esta capacidad innata de nuestros políticos para cambiar de papel haría que si algún día tenemos que recurrir a nuestro #MontiHispano, Dios no lo quiera, le caería tal somanta de palos de diestra y siniestra que sería mucho peor el remedio que la enfermedad…. o no… yo que sé….
Decir una cosa y la contraria implica, por lo menos, que una vez se dice la verdad
Decir una cosa y la contraria implica, por lo menos, que una vez se dice la verdad