Como dijo Wiston Churchill al diputado novato que aún creía en la lealtad, los enemigos más peligrosos siempre se encuentran detrás, en tu propio partido.
Contaba en mi crónica del domingo en IDEAL que fueron los suyos quienes invitaron al alcalde de Otura a cerrar la puerta por fuera, precisamente, la vez que menos problemas tenía con los juzgados.
Ignacio Fernández ha tenido y tendrá momentos peores. Precisamente, el 9 de octubre el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Santa Fe emitió un auto –contra el que no cabe recurso– en el que ordena la apertura de juicio oral contra Ignacio Fernández y otras cuatro personas. Entre ellas, el actual alcalde, Pedro Cabanillas.
Serán varios los alcaldes actuales y pasados los que acudirán a los juzgados en las próximas semanas. Francisco Javier Maldonado, de Gójar, y Víctor Sánchez, de Atarfe, los más inmediatos.
Los enredos de Atarfe preocupan a la dirección socialista porque parece que no salpicarán únicamente a tiempos pretéritos.
Pero contaba que es otro alcalde el que ahora está apuntado por los suyos, en concreto por alguien que fue de los suyos.
Ha elaborado un dossier con documentos comprometidos -también interesados- y dicen que está en la mesa de un despacho de Torre de la Pólvora.
De toda la película me creo la mitad y pongo en duda la otra media. Todos los resentidos tienen alma de venganza y la mayoría se dedican a limpiar lo que antes ensuciaron.
Pero sí me ha dado la sensación de que quizás alguien en la cúpula estaría dispuesto a sacrificar alguna cabeza para salvaguardar otras.
Quizás la suya.
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