José Torres Hurtado asegura que quiere repetir como candidato aunque ya ha quedado claro que lo que pretende, más bien, es morir matando.
La pregunta es hasta dónde está dispuesta a soportar la dirección popular las irreverencias de un alcalde que -por decirlo de alguna manera- no reconoce más autoridad que la de su bastón de mando. Si por aguardar a que el problema se resuelva solo, la cúpula del partido no se estará generando una crisis sin solución que, como indican sus propias encuestas, le arrastrará electoralmente.
Hasta ahora, se le podía pasar a Pepe Torres que comparase a la presidenta andaluza, Susana Díaz, con una gallina que va cacareando; que haya reducido su gobierno municipal a una pandilla de paseos vespertinos; o que haya puesto en un brete a su partido y al Ministerio de Fomento. Pero tenderle un pulso a la Junta con la Casa Real de por medio es un exceso de chulería de consecuencias mayores.
Dicen que un representante destacado de Zarzuela ha llamado al Ayuntamiento para quejarse de la situación originada. ¿Quién tuvo la culpa? No había que interpretar, tan solamente cumplir el orden de intervenciones que está legalmente establecido.
Quizás Susana Díaz podría haber estado por encima de las circunstancias. Tal vez su presencia muda habría dejado aún más en evidencia a un alcalde que quiso seguir aquella máxima: ‘Que hablen de ti, aunque sea para mal’.
Que puede estar bien para Belén Esteban, pero no para el alcalde de Granada.
Otros rumores en twiter @quicochirino
Torres Hurtado esta lleno de vanidad. es y sera c un provacador fascista. Que se valla ya a su cas ya esta bien de confrontaciones.
Ya esta bien la chuleria de este peazo de cateto. Sobervio, egolatra,y impresentable.Asi le ira en las proximas elecciones municipales. al PP, YA POCOS MILITANTES CREEMOS EN EL PP. Si es en el Partido Provincial igual o peor lo que pensamos la militancia.Asi que votaremos a otra opcion que nos sintamos representados.
Este desgraciado suceso pone de manifiesto, una vez más, la falta de cortesía y la falta de categoría de las autoridades municipales capitalinas. Pero el problema, gordo, es que el ejercicio de la política requiere hoy, más que nunca, de personas preparadas y con un gran nivel en todos los sentidos. Como tales méritos no se dan, ni de lejos, en nuestros actuales gobernantes (incluyo también por supuesto y sobre todo a los provinciales) el resultado es una triste y pobre Granada, cenicienta de Andalucía.
Esta actuación del alcalde ha debido molestar mucho e el PP. Esa misma mañana el presidente del Partido y la plana mayor de la Diputación asistieron al acto de Valderrubio. Pese a que no se trataba de un acto oficial, la gestora del nuevo municipio ni siquiera ha sido aún designada, todos ellos estuvieron presentes, aceptaron el papel secundario que el protocolo les asignó, soportaron estoicamente los discursos de la presidenta de la ELA de Valderribio (PSOE), del alcalde de Pinos Puente (PSOE) y de la presidenta de la Junta de Andalucía (PSOE), todos ellos cargados de crítica política. Sebastián Pérez abrazó a Susana Díaz y se retiró a un segundo plano.
Y después de todo eso, a esa misma hora, el alcalde Granada se pasaba por las narices el protocolo, desairaba a la presidenta de la Junta, incomodaba a los Príncipes de Asturias, deslucía la entrega del premio y ponía en ridículo al PP y a todos los granadinos.
Está claro que hay quien no ha sabido estar a la altura.