Sergio Bueno y José María Aponte son amigos; algo más, son compadres. Una familia.
En menos de diez años han pasado de ser los gallos en el corral socialista a estar acorralados. Porque ellos que afilaron los mismos cuchillos saben que los enemigos más peligrosos son los que hasta no hace mucho fueron tus víctimas; el niño enclenque al que le quitaste el bocadillo en el recreo.
Llegaron juntos a la política y, de momento, uno de los dos ya ha anunciado su retirada.
Lo ha hecho horas después de que IDEAL desvelara el contenido de más de 200 correos intercambiados entre el exalcalde de Santa Fe, su sucesor y anterior vicepresidente de Diputación en la etapa socialista, y la que fuera su concejala de Hacienda, Anabella Camacho, desde 2011 en el grupo no adscrito.
Los he leído y contrastado y no puedo decir que Sergio Bueno y José María Aponte sean dos grandes corruptos. Lo suyo fue más el caso de dos amigos que gestionaron un ayuntamiento en plan compadre.
Vecinos contratados o recomendados a empresas por ser de la «familia socialista», adjudicaciones menores hechas a medida, pagos a personas que hacían chapuces y no facturaban, componendas para ocultar la deuda del Ayuntamiento a la opinión pública…
Todo supuestamente pero también todo relatado presuntamente por ellos mismos.
¿Que se ha actuado así en otros sitios? Como tenemos el cuerpo hecho al chanchullo pensaremos que sí. Pero en esta ocasión dejaron rastro. Es lo que diferencia al rumor de la noticia.
Ahora queda por ver la actuación de la cúpula socialista. De momento, como es cosa de correos, se debate entre culpar al que escribió la carta o cargar contra el mensajero.
La dirección del PSOE granadino, que no es amante de las prisas, anuncia que tomará decisiones en los «próximos días».
Comparto la reflexión que me hacía esta mañana un dirigente del partido: «Situaciones como esta hay que cortarla de raíz en el primer momento».
Como el PSOE no ataje pronto esta crisis le habrá regalado el eslogan de campaña al PP: «No votéis a los alcaldes socialistas que enchufan a su ‘familia’». Sin despreciar los problemas que a otra escala le podría acarrear con IU, socio en Santa Fe.
De acuerdo con que estamos ante unos pasteleos chuscos, entre inocentes y chapuceros, pero si este caso se encona terminará por comprometer a otras instancias superiores.
Porque si seguimos hablando de correos, el mensajero aún no ha repartido todas las cartas.
Y en las familias las madres suelen estar al tanto de todo lo que ocurre.
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