En sus últimas declaraciones Susana Díaz ha dejado claro que está tan lejos del PP como de Podemos y casi a la misma distancia de Alberto Garzón. Y así será, al menos, hasta el 24 de mayo.
No es que los socios del gobierno andaluz se lleven ahora peor que antes. La diferencia es que lo cuentan.
La presidenta andaluza ha convocado a los portavoces en el Parlamento. Alguno especula medio en broma que habría tiempo para convocar elecciones anticipadas de aquí a las municipales. No sucederá -supongo-, aunque en los próximos cinco meses sí asistiremos a algún que otro desencuentro y a más de un paripé.
En política existen las chapuzas pero no las coincidencias. Así que nada de lo que sucede hay que tenerlo en cuenta tal y como ocurre.
El alcalde de Maracena ha amenazado hoy con llevar a los tribunales a la Consejería de Fomento si no cumple sus compromisos con las obras del metro.
Dicho así podría ser la rabieta de un alcalde que pretende defender a su pueblo; algo que no deja de ser noticia.
Pero basta con repasar la agenda de la mañana para percatarse que más de dos no son casualidades:
-Susana Díaz se reúne con Diego Valderas unos minutos para limar diferencias por el viaje al Sáhara.
-Los delegados de la Junta en Granada visitan las obras del metro para loar su grandeza.
-Y, mientras tanto, el alcalde socialista de Maracena y secretario de Política Municipal del PSOE de Granada le arrea al delegado de Fomento y coordinador de IU en la provincia, Manuel Morales.
Lo del Sáhara se resolverá, pero en la Junta empieza la marcha verde.