Hace algunas campañas, Paco Garrido -candidato de Los Vedes a la alcaldía de Granada- prometió el ‘bonosex’ para que los jóvenes pudieran copular a mitad de precio en los hoteles. Mucho antes de Podemos fue ‘forniquemos’, pero no nos dimos cuenta.
Ahora anuncian observatorios, bajadas de impuestos y bonificaciones para los emprendedores.
Los políticos nunca diseñaron sus programas para los que estamos a dos velas; en materia pecuniaria y erótica.
¡Aquellas eran campañas! Y no lo digo solo desde la nostalgia del que ya es incapaz de escribir con resaca; que también.
A mí por lo menos, esta campaña me ha aburrido casi tanto como leer un plan de desarrollo sostenible. Es curioso que una contienda tan plana sea, sin embargo, la más comentada en la calle en los últimos veinte años.
Quizás porque exista la certeza de que algo cambiará y la incertidumbre de no saber el qué.
Ha sido una campaña tradicional, en la que ni siquiera las formaciones que llaman emergentes han traído la originalidad que se les presuponía.
Podemos, cuyo éxito fue moverse por canales alternativos, ha planteado una estrategia parecida a la de los socialistas en los tiempos de Alfonso Guerra, con mitin en el Velódromo de Dos Hermanas incluido. Y Ciudadanos se ha limitado a no meter más de una vez la pata para no desperdiciar unas expectativas que ni sus propios líderes albergaban cuando se conoció el adelanto electoral.
IU aún no ha asumido el tránsito de pasar, en menos de un año, de sus mejores perspectivas electorales a las peores. Mientras que a UpyD le ha sobrado la campaña.
Del resto, los únicos momentos reseñables han sido los dos debates.
Un dirigente popular que influyó hace un año en la designación de Juanma Moreno me comentaba que algunos de sus compañeros le enviaron mensajes para comentarle que su candidato les había sorprendido gratamente. Efectivamente, Juanma Moreno llamó la atención en el primer debate, no perdió en el segundo y, probablemente, de existir un tercero habría aburrido. Pero solo hubo dos.
Por su parte, Susana Díaz optó en el segundo enfrentamiento por salir agresivamente a ganar, aunque con esa estrategia pudo reafirmar a su electorado y espantar a los indecisos.
Afortunadamente, la campaña acabará. Aunque lamentablemente no será mañana.
Chirino,con el debido respeto, de lo que se habla hoy en los mentideros políticos granadinos es de la lujosa sede del PP de Granada, que nadie sabe si es comprada o alquilada. Y ello, a raiz de una denuncia anónima que plantea que ha sido regalada ( al menos las obras) por empresas contratistas. Es de esas noticias que, aún sin pruebas, dan la sensación de verosimilitud, no sé por qué. Sorprende lo pronto que el Juzgado ha archivado.¡Ah!, por cierto, los grandes temas de corrupción han surgido de denuncias anónimas que se han investigado, bien por la justicia o incluso por periodistas inquietos y conscientes de su función.
Seguro que es alquilada… como el ático de Ignacio González en Marbella…