Torres Hurtado ha hecho un homenaje a la disculpas y se ha excusado en tercera persona -como Aída Nízar- por las críticas de su equipo de campaña a Luis Salvador, ahora don Luis.
Con 14 concejales electos seguramente Torres Hurtado habría celebrado la ocurrencia pero con once se arrepiente. Todo es relativo. También el PSOE tiene ahora en más estima a don Luis y hasta yo, probablemente, acabe haciéndole la pelota.
Torres Hurtado ha ganado la elecciones y tiene la legitimidad de las urnas para formar gobierno; por encima de otras alianzas. Como es cierto que ha sacado el peor resultado del PP desde 1987 y que los 21.000 votos perdidos en la capital han acabado por destrozar las expectativas de su partido en Diputación. Las elecciones se ganan, se pierden y se les pierden el respeto.
El PP está sumido en una crisis de la que conocía el diagnóstico. No es verdad el pretexto de la ola. Hay candidatos que incluso han mejorado el resultado en plazas aparentemente adversas; como Loja o Almuñécar. Faltó autoridad para corregir los errores que todos advirtieron.
Tampoco el PSOE de Granada saldrá indemne de esta resaca electoral, pese haber ganado en la provincia y tener a mano el gobierno de Diputación. Es curioso que a Teresa Jiménez se le compliquen las cosas cuando mejor le han ido. Un sector del partido quiere provocar el relevo generacional que la sociedad parece reclamar en las urnas y no se quedará quieto.
De aquí al 13 de junio sucederán muchas cosas que no esperamos.
Quién iba a de ir que se iba a empezar por rendir un homenaje a las disculpas.
Ya solo nos falta bajarnos los pantalones.
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