Hace un año escribimos en este blog sobre la teoría de la conspiración y el domingo ampliamos en el periódico el segundo capítulo. A simple vista, resulta inverosímil que la cuerda oficial del PSOE -la que teóricamente manda- y una facción oficialista del PP -la que pretende dirigir el partido- hayan cerrado una alianza con el único objetivo de desbancar a Sebastián Pérez; ese es el oscuro objeto del deseo -que también es el nombre de un restaurante-.
Rara es la semana que no me llaman para ofrecerme un nuevo ejemplo que derribe mi incredulidad. Y, aunque me resulta difícil atender esta leyenda conspirativa, los hechos -y la ausencia de los mismos- se empeñan en darle la razón a quienes aseguran que hay trato cerrado.
Entre la conspiración y la chapuza -ya lo dije- siempre me quedo con la segunda opción; y más conociendo a los protagonistas.
Me han enseñado ya fotografías diversas donde aparecen en agradable sintonía dirigentes populares -incluso populares apartados del partido- con militantes socialistas -y alguno mediopensionista-. A la única conclusión objetiva e irrefutable que llego es que no pasan hambre.
En la última instantánea filtrada aparecen una destacada dirigente del PSOE y un dimitido cargo del PP. A simple vista, dos amigos y casi paisanos que comparten un café, pero que en el contexto actual algunos han interpretado como un indicio más de una conspiración a la luz del día.
Los hechos alimentan la sospecha. Por ejemplo, que tres semanas después de levantarse el secreto de sumario de la ‘Operación Nazarí’ nadie en la cúpula provincial del PSOE -tampoco regional- haya valorado la investigación que atribuye al exalcalde José Torres Hurtado hasta ocho presuntos delitos.
El PSOE está personado en el caso a través del grupo municipal. Queda por resolver si el Ayuntamiento interviene también como acusación contra el exalcalde, la anterior concejala de Urbanismo y el grupo de funcionarios.
Misteriosamente, ese debate se está retrasando también más de lo previsible. Y el PP no ha tenido que desvelar aún si secundará la acusación de la ‘ciudad’ contra Torres Hurtado.
¿A quién favorece esta demora? A los concejales populares -si los hubiera- que estuvieran decididos a romper la disciplina de voto.
Los unos conspiran contra los otros y los otros contra los hunos. Es posible que los que ahora conspiran contra Don Sebastian, hayan aprendido este arte del mismo, que no ha hecho otra cosa en su vida política ( larga y fructífera en todos los aspectos), que conspirar contra sus jefes ( Gabriel, Juande, del Ojo, Pepe Torres, etc.).
Por cierto, si el Ayuntamiento de Granada no se personara en la acusación, estaría incumpliendo su deber legal.