Extracto del artículo publicado en IDEAL domingo.
En las últimas semanas he escuchado teorías encontradas sobre la repercusión que el 21D puede acarrear en la política nacional, autonómica y así hasta llegar a Granada. En el PP especulan con los efectos tendría en la estabilidad del Gobierno andaluz si Miquel Iceta no ayudara –llegado el caso– a convertir en presidenta a Inés Arrimadas.
El Parlamento andaluz aprobó el presupuesto de la Junta hace dos semanas y Susana Díaz ya podría aguantar hasta 2019, incluso, sin el apoyo de C’s.
Dentro de la formación naranja en Andalucía hay movimientos serios para, llegado el caso, disputar las primarias internas a Juan Marín; con mayor o menor posibilidad de éxito, según a quien le preguntes. Y la persona que daría ese paso sería el granadino Luis Salvador.
Son hipótesis. Lo único que se puede acreditar por ahora es que la corriente crítica dentro de Ciudadanos Andalucía existe y que se quiere liderar desde Granada –donde a su vez también se han gestado dos bandos en desiguales proporciones; uno alrededor de Luis Salvador y otro donde se ubican el parlamentario José Antonio Funes o el diputado provincial Francisco Rodríguez Ríos, entre otros–. La fractura es real y se mueven trapos sucios en forma de grabaciones de conversaciones con los intríngulis internos.
El punto de referencia de la fractura se sitúa en febrero de 2017, cuando ambos sectores midieron las fuerzas en la Asamblea Nacional. Se pueden hacer dos lecturas y las dos serían ciertas. Juan Marín entró en la ejecutiva de Albert Rivera junto a dos militantes andaluces de su entorno, mientras que Luis Salvador se quedó fuera. Sin embargo, Salvador y dos de los suyos accedieron al Consejo General –máximo órgano entre asambleas–, cuyos miembros se eligen por listas abiertas.
La corriente crítica andaluza toma como referencia la elección de los compromisarios a esa Asamblea Nacional. En aquella votación –a la que no tuvo que exponerse Juan Marín–, Luis Salvador fue el más respaldado en toda Andalucía (683), seguido de otros tres granadinos de su círculo: el diputado provincial y concejal de Granada, Raúl Fernández (549); María Dolores Sánchez, de Motril (546); y María del Mar Sánchez, edil de la capital (542).
Que este sector sopesa la idea de volver a medir las fuerzas cuando toquen las primarias para elegir al candidato a la Junta es cierto; no se trata de una leyenda urbana atribuible a Luis Salvador. Un anticipo electoral por parte de Susana Díaz sería lo que dificultaría este escenario, por eso se ha deslizado intencionadamente esta posibilidad.
Este grupo de militantes considera que la proximidad al PSOE en la Junta puede acabar por fagocitar a Ciudadanos. Sucede que, precisamente en Granada, la formación ha permitido que Paco Cuenca llegue a la alcaldía. Pero también que Luis Salvador se ha encargado de visualizar –incluida comparecencia conjunta con el presidente provincial del PP– las distancias con los socialistas; unas veces más simbólicas que efectivas. El último episodio –con la reprobación de Cuenca a final de octubre– exteriorizó el distanciamiento con Juan Marín.
En qué quedarán estas tentativas se sabrá antes del próximo verano. De momento, el futuro está encerrado en la bola de cristal de espejo de Luis Salvador.
Este político de lengua suelta, mirada aviesa y ambición desmesurada? No espero nada de C´s, pero sí tengo claro que, a efectos de promoción interna, los mejor vestidos
y acicalados suelen acumular más ambición. Previo «casting de C´s» como no puede ser de otra manera.